26. Nueva estrategia

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Mark le dió un gran sorbo a su malteada de plátano extra dulce, antes de regresar la vista a su teléfono y seguir con su lectura. Le costó dos semanas tomar valor para volver a leer la historia escrita por su enamorado. Esa mañana había terminado los primeros cinco capítulos y no soportaba en nada al personaje de Matt.

—Ay, cállate... —susurró al leer cómo Matt tomó una rosa de un gran rosal y se la puso a Salma en el cabello para después decirle «Mis ojos fueron bendecidos desde el momento que se encontraron con los tuyos». Le dió otro sorbo a su batido.

En ese rato de lectura Mark se dió cuenta de dos cosas fundamentales relacionadas con la historia, la primera era que Salma era idéntica a Saúl, la segunda que él no se parecía en nada a Matt. Ese personaje ficticio y él no compartían nada, por lo que leer esa historia era como ver al tipo que le gustaba teniendo un precioso romance con el hombre más irreal y atractivo del mundo.

—¿Por qué Matt no se murió cuando intento salvar a Iker perro de ser atropellado por un camión? —murmuró de mala gana.

—¿Quién es Matt? —le preguntó Corina, entrando a la cocina, en donde Mark se encontraba recargado en la barra— ¿Es tu nuevo nombre de artista? A mí me gusta mucho tu nombre artístico actual.

—Baby Moonlight sigue siendo mi nombre artístico —aclaró Mark, bloqueando la pantalla de su teléfono para dejarlo sobre la barra—, Matt es el personaje de una historia que estoy leyendo, y lo odio.

—¿Es uno de esos chicos rudo que solo cambia con el poder del amor? —cuestionó la mayor, después de encaminarse a la alacena para sacar un paquete de galletas integrales.

—No... —Alargó la palabra— Es muy caballeroso, guapo, adinerado, alto y tiene un talento irreal para el arte.

—Es como tú —sonrió Corina—. Por eso no te agrada; porque se parecen mucho.

—Ay, mami...

Mark no volvió a abrir la boca hasta que su madre salió de la cocina, y lo hizo para poder seguirse quejando en voz baja sobre el personaje que más había odiado en toda la vida.

Al termina su batido se dió cuenta de una tercera cosa: La idea que él tenía de romanticismo se quedaba corta ante las ideas de Saúl, por lo que, si quería hacer su propuesta de noviazgo de manera decente, iba a necesitar más que bonitos sentimientos.

Tomó aire antes de dejar su vaso de lado y tomar su teléfono, pensando que se iba a arrepentir al marcar dicho número.

—Patillas... —habló cuando el aludido le respondió la llamada— ¿cuáles eran las ideas que tenías para que me le declarará a Saúl?

Después de una breve charla, Patillas quedó en ir a casa de Mark en cuanto terminara de desayunar. Para cuando llegó al hogar de los Hollinderbäumer, Mark ya estaba por terminar su rutina de ejercicio, por lo que Corina guío a Patillas hasta el cuarto que Mark adoptó como su gimnasio personal.

—Que bonitas máquinas —soltó Patillas al entrar a la habitación, asintiendo lentamente con la cabeza—. Así que tus músculos no son de a gratis.

—Gracias por venir —le dijo Mark, ignorando el comentario anterior. Tomó asiento en el suelo y se secó el sudor del cuello con una pequeña toalla—. ¿Puedes repetirme todas las ideas que tenías para la ocasión?

—Oh, esto te va a encantar —aseguró entusiasmo, sacando una servilleta de su bolsillo—, escribí más ideas de camino acá. ¿Que te parece ésta? —preguntó, guiando su vista a la servilleta— Mira, entramos a casa de Saúl en la madrugada, nos vestimos de secuestradores y nos lo llevamos a un lugar bien feo, fingimos que lo vamos a torturar, pero antes de empezar con la disque tortura... ¡bum! Te quitas la máscara y le pides matrimonio.

Dums in love!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora