𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ](𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [✔︎]

０８

𝑻/𝒏 (𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆)❅

Gemí contra el cojín de mi habitación.

Dios, cuanto lo odiaba.

Mis mejillas aún estaban rojas de la vergüenza.

Siendo sincera conmigo misma, me gustaba mi cuerpo...lo bastante como para enseñarlo.

¡Pero eran dos cosas muy distintas, enseñarlo, a que me dejaran sin nada!

Como lo había hecho aquel hombre.

Aún podía sentir su mirada pegada atrás, mientras recorría el pasillo y para mi vergüenza, había sentido un inmenso calor en mis partes más íntimas.

Maldito fuera.

Me dejó sin nada...y encima exitada...

Quizás debería mandarlo a un hotel.

No...sabía perfectamente que no podía hacer eso, esta casa era tanto mía como de Yadhira, y no podía echar a su hermano.

La puerta sonó.

Me negué a contestar, sabiendo de quien se trataba.

Volvió a tocar.

-¡Vete! - Grité.

-T/n... - Su voz me perseguía.

-¡Que te vayas!

-Voy a entrar, sólo espero que aún no te hayas vestido. - Su voz era tan sensual y provocativa...aunque también llevaba una pizca de diversión.

-No tendrás suerte.

La puerta se abrió y él entró riendo.

Se apoyó en el marco de la puerta y miró hacia la cama, donde estaba ella tumbada boca abajo, agarrando un bonito cojín color rojo.

-No, no que la tenga, pudiste haberme esperado desnuda...

-Ja ja ja. Que risa.

-No veo que te rías. - Me contestó con burla.

-¿Qué quieres? - Le pregunté con sequedad.

-¿Te apetece que vayamos a cenar?

-No.

Pareciera que estaba preparado para mi respuesta, porque no pensaba dejar las cosas ahí.

-T/n...

-No.

-¿Siempre eres tan dura? - Se comenzaba a divertir demasiado con tanta negatividad de mi parte.

-No.

-¿Sabes alguna otra palabra? - Preguntó para ver qué decía.

-No. - La risa comenzaba a acumularse en mi garganta, me sentía ridícula.

-Pareces una cría...

-No...

De pronto, estallé en carcajadas.

Okey, parecía una cría...pero, ¿Y qué? Me divertía aquello...me recordaba cuando mi hermano entraba en mi habitación para decirme algo y yo empezaba con un "No", uno tras otro, hasta que ambos reíamos a carcajadas por una estupidez.

-¿De qué te ríes?

-¿Quieres que vayamos a cenar?

-Eso te pregunté. - Su sonrisa se amplió dejándome ver la hilera perfecta de sus dientes blancos.

Que guapo era cuando sonreía.

-Cuando arregles la puerta del baño, como llegue Yadhi y vea el destrozo... - Dije, apartando la mirada de su boca.

-¿Si la arreglo, aceptas?

-Eso dije. - Contesté, con alguna esperanza.

-Pues vístete, hace más de diez minutos que guarde las herramientas. Te espero abajo en veinte minutos, ¿Okey?

Y la puerta se cerró.