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𝑻/𝒏 (𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆)❅

-Me vas a volver loco... - Dijo él lamiendo los labios.

-Aidan...

-Dime que pare ahora, cariño, porque si no lo haces, no lo haré... - Aidan cubrió mi boca y bebió de mí, absorbiendo mis labios antes de deslizar su lengua entre mis dientes y cubrir mi lengua con la suya. Gemí mientras respondía a aquel beso cargado de deseo y fogosidad. Mi cuerpo se movió debajo de Aidan buscando su calor. - Dime que pare... - Susurró, mientras se deshacía de su camiseta y de mi blusa, dejándome desnuda de la cintura para arriba.

Los labios de Aidan cubrieron los míos de nuevo, antes de descender por mi cuello, y mordisquear mi hombro. Sus labios continuaron bajando, deteniéndose brevemente en mis senos, para bajar por mi vientre, hasta alcanzar la tela de la falda...

-Aidan... - Gemí cuando él bajó un poco la falda, dejando a la vista un poco más de piel.

Me miró a los ojos, mientras me alzaba las piernas, y me quitaba las prendas. Jadeé cuando sentí el aliento cálido de Aidan acariciarme mi sexo, que goteaba por él.

Uno de sus dedos se posó sobre mi sexo, comenzando desde abajo.

-Estás tan mojada. - Susurró, mientras subía su dedo para acariciarme. - Tan mojada... - Repitió. - Y todo para mí... - Susurró contra mí, cuando alcanzó mi clítoris.

Tuve que morderme los labios para no gritar.

¿Por qué me hacía olvidarme de todo?

¿Cómo conseguía volverme tan débil, y quitarme el poder de pensar?

Mi cintura se arqueó para él, para su boca abierta, aquella que saboreaba mi húmedo sexo, aquella que bebía de mí.

Jadeé al respirar e inspirar pesadamente.

Su lengua subía y bajaba a lo largo de mi sexo, cayendo como un látigo sobre mi botón más sensible, antes de hacer círculos alrededor de él y descender hasta llegar a mi entrada, acción que me humedecía por segundos, gemí cuando él comenzó a lamer mi clítoris incansablemente, mientras introducía un par de dedos en mi interior, moviéndolos en círculos, antes de sacarlos y meterlos.

Los jadeos resonaban entre las cuatro paredes de la habitación, el ambiente estaba caliente, y yo me sentía arder.

La boca de Aidan la torturaba de placer, y ella se retorcía bajo él, mientras notaba el orgasmo formarse en su cuerpo.

-Aidan... - Lo llamé ahogadamente, mientras alzaba las caderas y acariciaba su cabello, en el que tenía enterrado mis dedos inquietos. - Aidan... - Susurré mientras me movía con impaciencia. Cerré los ojos ante la ola de placer que me recorrió el cuerpo y tiré del pelo de Aidan mientras rogaba por más. Mi cuerpo cubierto por una fina capa de sudor se movía nervioso, rogando por alcanzar su liberación, pero Aidan marcaba su ritmo, retirando su juguetona lengua cuando notó que estaba a punto de correrme, y volviendo a retomar sus caricias para volver a llevarme al límite. Sin poder aguantar más, sintiéndome extasiada, él se incorporó y se quitó los pantalones, liberando así su miembro duro y caliente. - Aidan. - Lo llamé por tercera vez consecutiva.

-Ya voy, cielo. - Susurró, colocándose un preservativo, que ni siquiera supe de donde había salido.

-¿Siempre vas tan preparado? - Pregunté con la poca ironía que pude sacar.

-Siempre que voy a verte voy preparado. - Respondió, retomando las caricias de mi sexo. Gemí y eché la cabeza hacia atrás. Él se arrodilló en el sofá, y me ayudó a levantar la pierna, la que acabó apoyándose sobre su hombro. Condujo su miembro hasta mi entrada, líquida y caliente, y mirándome a los ojos, entró un poco en mi ser. -¿No serás virgen, no? - Preguntó al verme apretar los dientes.

Abrí los ojos con incredulidad.

Y él rió entre dientes.

-¿Pero qué...? ¡Ahh...! - Un grito ahogado escapó de mi garganta cuando él me penetró sin previo aviso.

Eché la cabeza hacia atrás, y respiré profundamente.

Aidan podía notar los espasmos de su vagina alrededor de su miembro, y apretó los dientes, mientras salía de ella completamente, para volver a entrar, de la misma manera.

Sus cuerpos chocaron, y t/n sintió el calor del deseo y la pasión recorrerle el cuerpo. El volvió a repetir su acción, y a la cuarta vez, t/n gritó mientras se aferraba a los cojines con fuerza y su cuerpo liberaba todo el placer.

Abrí los ojos para encontrarme con el rostro de Aidan, quien tenía un brillo especial en los ojos, y me miraba intensamente.

Su mandíbula estaba apretada, y sonreía fugazmente.

-Yo... - Dije apenada. - ¿Lo siento?

-¿Por qué lo sientes? - Preguntó.

-No lo sé...me vine antes de tiempo.

-Oh...no te preocupes, ahora me toca a mí.

𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ](𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [✔︎] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora