𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ](𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [✔︎]

２５

𝑻/𝒏 (𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆)❅

Tiré mis bolsas sobre el sofá que había a un lado de mi cama y después me tiré en dicha cama, suspiré e inconscientemente me puse a pensar en aquel hombre que como había dicho Yadhira...casi que convivía conmigo. No, casi no; convive conmigo.

El tiempo había pasado rápido, quizás demasiado, dos meses que habían pasado volando, dos meses que habíamos vivido el uno con el otro.

Dormíamos, comíamos, todo juntos.

Si llegábamos a estar separados, era porque tanto él como yo, trabajábamos, Aidan que supuestamente, se iba un a quedar hasta encontrar un nuevo piso para vivir solo, se había mudado prácticamente a mi casa.

Y, para mi contradicción...me sentía cómoda.

Me sentía bien con él.

Cómoda.

Feliz.

Feliz como no me había sentido con ningún hombre en mucho tiempo; y eso me atemorizaba. No quería terminar como mi padre, casándome para después divorciarme, o acabar peleándome a golpes con mi marido.

Ni como mi hermano, que se había casado varias veces, y cada matrimonio era más corto.

Yo sabía que el matrimonio y el tener pareja, no era para mí.

Lo sabía bastante bien, sabía que la mala racha estaba en mis genes.

Y me daba miedo acabar así, a pesar de que sabía que mi futuro sería el que yo misma escribiese.

La puerta se abrió y dio paso a Aidan, encantadoramente sonriente.

ᴀɪᴅᴀɴ ɢᴀʟʟᴀɢʜᴇʀ✩

-Hola, cariño. - Saludé acercándome a t/n, para darle un beso en los labios.

-Hola. - Contestó secamente mientras miraba al techo.

La miré confundido, ¿Qué le pasaba ahora? ¿Por qué estaba así?

Comencé a quitarme la chaqueta despacio, mientras observaba a la que era mi...¿Compañera de cama? Bueno, lo que fuera, así ella no tuviese una descripción sobre nosotros, yo la consideraba mucho más que eso, pero en este momento no importaba, lo único que me importaba era ella, quien miraba al techo mientras se acariciaba el vientre cuidadosamente.

Una vez que estuve más cómodo, me acomodé a su lado en la cama, y posé mi mano sobre la de ella en su vientre, para detener las rítmicas caricias.

-¿Estás bien? - Le pregunté cuidadosamente, no quería estropear nada, no quería decir nada inoportuno.

Ella soltó un suspiro bastante sonoro, y me miró.

La miré con curiosidad y preocupación, y una parte de ella pareció ablandarse.

Dios mío, ¿Qué le pasaba?

-Dímelo tú. - Contestó. - ¿Hay algo malo?

-No que yo sepa. - Dije rápidamente, aunque después me quedé pensativo.
T/n se movió sobre la cama y se puso boca abajo, me giré también y me puse del mismo modo, para poder analizar su precioso perfil. - Okey, t/n; suéltalo.

-¿El qué?

-Si algo he aprendido en este tiempo que llevamos...no juntos. - Dije ironizando las últimas dos palabras para ella. - Es que cuando quieres decir algo que te cuesta, das vueltas, y rodeos, así que; suéltalo.

-¿Qué te hace pensar que quiero decir algo?

-T/n...

-Vale Aidan, sí hay algo.