13

4.1K 220 1
                                    

𝑻/𝒏 (𝒕𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆)❅

Suspiré pesadamente, cuando la lengua de Aidan recorrió mi vientre, recogiendo las palomitas que habían sobre mí.

No estaba muy segura de cómo había sucedido, pero mi blusa se había subido más de la cuenta, y mostraba algo de mis senos, mi falda corta tenía la cinturilla bajada peligrosamente, y la boca de Aidan iba de abajo hacia arriba y viceversa.

Me costaba respirar de vez en cuando, y procuraba no gemir.

¿Pero cómo evitarlo con aquellas caricias tan sensuales?

Maldito fuese...

-¿Has...has terminado ya? - Pregunté.

¿Por qué tenía la voz tan ronca?

Aidan alzó la vista y me miró sonriente.

No pude evitar fijarme en su boca, estaba tan sensual y provocadora después de haber recorrido todo mi vientre varias veces.

-Uhmm... - Me fijé en que él me miraba los pechos  y tuve que tragar saliva. Si me tocaba más íntimamente, estaría totalmente perdida. - Me parece que hay una palomita escondida... - Tragué saliva cuando él se inclinó sobre mí y su boca rozó uno de mis pechos. Respiré profundamente, de alguna forma debía controlarme. - Me parece que no quiere salir. - Murmuró. - Pero no me ganará. - Dijo. Y después sentí su húmeda lengua lamer cerca de mi seno, tocándolo poco a poco.

Aidan se colocó sobre mí, sin tocarme, tenía una mano a cada lado de mi cuerpo y se sostenía con ellas, su cabeza empujaba mi blusa, luchando con aquella paloma que se escondía.

Tómala ya, tómala ya. Rogué mentalmente.

Dios mío santo, si no la toma ya, estaré perdida.

¿Cuándo se me había ocurrido aquel estúpido juego, en el que me había puesto totalmente a su disposición?

Si me levantaba diciendo que el juego había terminado y me encerraba en mi cuarto, aquella tortura acabaría.

Dulce tortura...

El aire acarició mis pezones erectos y no pude evitar jadear al sentir el cabello de Aidan acariciándomelos.

-Aidan... - Dije desesperadamente.

-Ya la conseguí. - Susurró.

¿Por qué me daba la sensación de que esa palomita no existía?

La nariz de Aidan me acarició uno de mis senos, despacio y suavemente, hasta que llegó a la cima.

Con los ojos bien abiertos, aunque nublados por aquel deseo fogoso, lo observé.

Sólo debía levantarme y todo acabaría.

Abrí la boca para decir que ya se había acabado el juego, pero de mi garganta tan sólo escapó un dulce gemido, cuando los labios de Aidan se cerraron entorno a uno de mis pezones.

-Joder... - Apreté los labios, sintiendo la llama encenderse.

Si antes sentía calor, ahora sentía como todo mi cuerpo ardía.

Aidan acababa de encender un lujurioso fuego en mi interior...que iba a ser difícil de apagar.

Un calor líquido se alojó en mi entrepierna, mojando mis bragas. Me retorcí debajo de Aidan y arqueé la espalda, sin poder evitarlo.

Mi respiración se había agitado y no sabía cómo controlarla.

¿Y si lo empujaba y me echaba a correr?

Después me daría una buena ducha de agua fría...

-Te deseo... - Las palabras de Aidan me hicieron dejar de pensar, mi mente nublada por el deseo intentaba retomar mis pensamientos, pero la visión de Aidan lamiendo mis pezones junto con el placer que sentía por el acto, me hacía no saber pensar.

-Aidan... - Gemí cuando él dejó de lamer un pezón para ir al otro. -...Ah... - Tan tenue, tan sensual.

Él no pudo evitar chupar con más pasión, aquel montículo tan sabroso que adornaba la cima de su bello seno.

Mientras que con la boca, se encargaba de mimar aquel bello pecho, y hacerla gemir, con una mano se dedicó a pellizcar el pezón que se había quedado sin sus caricias, segundos atrás.

Las manos inquietas de t/n rendidas a todo aquel placer, acariciaban el cuerpo de Aidan, su espalda desnuda debajo de su camiseta, se pecho esculpido como si fuera un rey, fuerte y suave.

Apreté los puños para no encaminar mis manos hasta el interior del pantalón de Aidan, tan sólo tenía que introducir mi pequeña mano por debajo del elástico y encontraría aquello que en ese momento anhelaba.

-Aaahhh... - Jadeé arqueando mi cuerpo por completo, y haciendo que ambos nos pusiéramos en contacto. - Aidan... - Volví a jadear al sentir su erección contra mí.

El cuerpo de él cayó sobre el mío, aplastándome levemente y pude apreciar mejor su erección creciente, presionando contra mi sexo mojado.

Mis piernas estaban separadas, y lo acogía entre ellas. Él continuaba atendiendo mis senos, mientras que yo revolvía su cabello antes de bajar por su espalda de nuevo. De arriba a abajo, hasta volver a alcanzar aquel pantalón.

Introduje un poco mis dedos sobre la tira del pantalón, y alcancé sus boxers, los levanté un poco y acaricié su piel antes de volver a subir.

Él dejó de saborear sus pechos para mirarla a la cara, sonrojada, sus mejillas color escarlata lo hacían endurecerse más.

Necesitaba tenerla.

Necesitaba besarla.

Aquellos labios entreabiertos, pedían a leguas sus besos.

Subió un poco, y la oyó gemir al encajar más su erección contra su parte más íntima.

𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ](𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [✔︎] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora