Ganas de ti

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¿Acaso Arthur Kane acaba de decirme eso? Lo tomo de la cara y lo beso con mucha efusión. El no se queda atrás me aprieta la cintura y me carga haciendo que mis piernas estén alrededor de su cintura.

—Dios.......eres tan perfecta.—empieza a besar mi cuello y siento como empieza a chuparlo.

<sin dudas esto dejará un chupeton mañana>

—No bromeó Arthur enserio quiero chupartela.—Arthur detiene sus besos y luego me mira a los ojos.

—Y yo tampoco bromeaba querida.—nos volvemos a besar y pongo una de mis manos en sus pectorales.
—¿Crees que podrás con esto?

Toma su miembro y luego me baja para quitarse toda su ropa y quedar totalmente desnudo. Empieza a masturbarse enfrente de mi y luego empieza a gemir.
Me quito el brasier y luego mi pantalón quedando totalmente desnuda ante el.

—Arrodíllate.—me lo dice en forma de orden y yo no dudo en acercarme y hacerlo.—Quiero que te quepa toda y si no te cabe tendrás que aguantarte.

Me dice con cinismo pero eso no me importa <pero es tu primera vez> eso que ni que.
Me arrodillo y cuando veo su miembro de cercas lo veo demasiado grande.

—Cre.....crees que eso me va a caber aquí.—señaló mi boca pero Arturo pasa uno de sus dedos y mete uno en mi boca hasta topar con mi garganta.

—Aag—Arturo quita su dedo de mi boca y luego se agarra el miembro.

—Puede que no te quepa del todo pero haremos todo lo posible para que lo puedas disfrutar como yo.—me guiña un ojo y luego toma mis manos para que tomen su miembro.—Disfrútalo nena.

Me dice y de manera lenta trato de tomarlo para meterlo a mi boca pero Arturo se adelanta y me lo mete hasta qué topa con mi garganta. Sabe raro nunca lo había echo así que supongo que esto es normal.

—Empieza a chuparlo.—me dice con calma. Lo empiezo a chupar y después de pasar varias veces mi lengua por su miembro siento como un líquido pasa por mi garganta.
Me separo de Arturo y me alejo para tratar de escupir lo que salió de Arthur.

—Ni si quiera lo pienses.—me dice en forma de advertencia.—Pásatelo y pruébalo.

Arturo se acerca y me toca la cara con mucha gentileza.

—Pruébame amor.—me pasó el líquido y en cuanto lo hago empiezo a toser.

—Pero que fue lo que me diste.—le digo exaltada porque siento que me ahogo.

—¿Acaso tu....tu nunca habías echo algo así?—niego repetidas veces.—¿No me digas que eres Virgen?

Asiento y Arturo como si hubiera cometido un error se aleja de mi y empieza a cambiarse de forma rápida.

—Lo siento Kate perdóname yo no sabía que tú eras Virgen.—me abraza y empieza a besar mi cabeza repetidas veces.

—Quizás debí decírtelo antes.—le digo al momento de separarnos y vernos a la cara.

—Quizás yo debí preguntarte antes.—me toma del mentón y me da un tierno beso.

—¿Como lo hice?—le digo cuando nos separamos.

—¿Acaso eso importa?

—¿Lo hice mal?—Arturo niega con su cabeza y me carga para abrazarme.

—Para ser tu primera vez lo hiciste bien.—me dice en el oído.—Deberías vestirte tu cuerpo es una tentación para mis ojos.

Me ruborizo y de manera rápida empiezo a vestirme ya cuando lo hago me abalanzó sobre Arturo y lo empiezo a besar.

—Quiero hacerlo contigo.—le digo.

—Yo también te tengo ganas Kate pero no por eso vamos hacerlo a la de ya.

—¿Y como porque no?

—Primero eres menor de edad y segundo casi te ahogas por chuparmela.

—Pero eso no te importo cuando me la metiste— le digo.

—En mi defensa tú te veías tan segura.

—Ya, eso es tu excusa.

—No pongo excusas Kate simplemente estoy tratando de pensar con la cabeza fría.

—Soy una idiota mejor me largo.—cuando me doy la vuelta para irme Arturo me aplasta con su cuerpo y me voltea para que nos veamos a la cara.

—Quiero que seas mayor cuando lo hagamos ¿sabes? Y que estes consiente cuando pase eso.—me toma de las manos para besar mis nudillos.

—Entiendo.

—De verdad espero y lo hagas por que no quiero que discutamos porque yo no te quiero solo para tenerte y desecharte si no para hacerte mía para siempre Kate.

—¿Que? A qué te refieres acaso tu....—Arthur asiente y me besa.

—Quiero casarme contigo quiero que seas la madre de mis hijos.—me dice con mucho entusiasmo.

—Pero soy muy chica.—le digo separándolo de mi.

—Pues por lo mismo espérate y espérate hasta que estés lista para que me digas que si.

No me lo puedo creer esto parece un sueño un chico de 23 años de edad millonario de varias empresas quiere casarse conmigo y que yo sea la madre de sus hijos.

—No hay nada que pensar.—le digo de manera seria.

—Te refieres a que tú y yo no...—me toma de las caderas.

—No tengo que pensar nada Arturo.—lo tomo de la cara.—Si quiero ser tuya.

Arturo me abraza con mucha efusión.

—Pero eso si cuando sea mayor de edad.—le digo y él asiente.

El jefe de mi padre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora