𝟬𝟮

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Luego de aquella dolorosa mañana de domingo se decidió por esperar a su padre escondido de los niños, estaba avergonzado, no quería volver a salir a jugar con los niños y que le sucediera algo parecido nuevamente, espero a su padre en silencio en un rincón de la iglesia hasta que por fin salió, se despidió de la señora Choi y fue al auto directamente.

Su padre por suerte no pregunto nada, estaba más concentrado en hablarle de lo simpática que era la señora Choi y de cuánto había hablado, resulta que su familia consistía en tres personas, ella y sus dos hijos, la verdad es que no le prestaba mucha atención a su papá, solo quería llegar a casa, sacarse el traje y ponerse algo cómodo, debía terminar sus deberes también y mientras antes los terminara, era mejor.

Por suerte había logrado terminar sus tareas, no a una hora prudente, pero al menos el día de hoy había logrado presentarlas a primera hora y con una increíble nota sobresaliente, era apenas el medio día y él se encontraba en la cafetería comiendo un sándwich, una botella de agua sabor a uva y una manzana que había comprado, estaba terminado un boceto de lápiz mina que la maestra había dejado pendiente debido a que la clase se había terminado antes por problemas personales que la maestra había tenido que salir a resolver.

— Hola Yeonjun, ¿Qué haces?

El rubio levantó su mirada por unos segundos, sonriendo levemente al ver a su rubio amigo sentarse frente a él con su almuerzo en las manos.

— Un boceto de la clase de la profesora Lee —Dijo él para luego darle una mordida a su sándwich mientras deslizaba suavemente el lápiz mina sobre la hoja dándole sombra y detallando cada parte. — ¿Qué tal van las clases de Arquitectura?

— Bien, bueno... Llegó un compañero nuevo, espero no te moleste que lo haya invitado a comer con nosotros —Dijo Taehyun mirándolo para luego llenar su boca con comida.

— No me molesta, amm aparte, no soy dueño del lugar —Dijo el riendo suavemente mientras observaba el paisaje que había hecho.

— Oh, ahí está —Dijo el rubio levantando su brazo llamar la atención del chico que había conocido apenas ese día.

Yeonjun miro al castaño por unos segundos para luego volver a arreglar algunos detalles de su dibujo esta vez dándole una mordida a su manzana, de reojo pudo ver cómo llegaba aquel compañero del que el rubio hablaba, pero no levantó su rostro, estaba sumamente concentrado a arreglar su trabajo.

— Yeonjun, él es el chico del que te hable —Dijo el rubio haciendo que el volteara a mirarlo algo ido. — él es Choi Soobin, es nuevo en la ciudad, se mudó hace poco con su mamá.

Yeonjun giro un poco su rostro y vio al chico que lo miraba algo curioso, con una sonrisa en su rostro, lo observó en silencio por unos segundos para luego sonreía amablemente mientras inclinaba un poco su cabeza, ambos se observaron fijamente sintiéndose algo extraños inexplicablemente.

— Encantado hyung, espero que se acostumbré a nuestra universidad —Dijo él sinceramente para luego hacer una pequeña mueca al notar que el alto chico no dejaba de mirarlo.

— Tu rostro luce bien después de todo, estaba algo preocupado —Dijo el chico haciendo que él alzará un poco sus cejas sin entender muy bien de que hablaba. — Ayer cuando golpeé tu rostro te fuiste y no supe si estabas bien

— Espera, ¿Cómo que lo golpeaste? ¿Dónde? —Pregunto Taehyun frunciendo el ceño, aunque algo divertido.

Yeonjun abrió sus ojos mientras sentía sus mejillas arder por la vergüenza, abrió un poco su boca sin saber que decir mientras escuchaba a los otros dos hablar.

— Si, ayer en la iglesia, estaba en el auto esperando a mamá y él se asomó por la ventana, abrió la puerta para saber que sucedía y sin querer lo golpe —Dijo el azabache riendo un poco para luego volver a ver al menor.

𝙆𝙊𝙄 𝙉𝙊 𝙔𝙊𝙆𝘼𝙉 // 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora