𝟬𝟯

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Estaba sentado en el patio de su casa con una pequeña mesa de madera parecidas a las mesas de cama, tenía sus piernas cruzadas en el césped, mientras observaba la casa de en frente por unos segundos para luego observar su dibujo, quería que quedará a la perfección, pues debía colocar una fotografía de su dibujo al lado y el maestro buscaría hasta el menor detalle que no concordara, a veces veía a algunas personas pasar por lo que debía dejar de dibujas cuando algunas se acercaban a sacarle tema de conversación, pero ahora estaba centrado en su dibujo, solo quería tener buenas calificaciones para poder ser el mejor artista de su clase, demostrarle a su padre de lo que era capaz.

— Hijo, ¿Qué haces allí? —La voz de su padre llegó a sus oídos por lo que dejó de lado su dibujo y miro a su papá con una sonrisa encantadora.

— Solo... hago tarea —Dijo él haciendo una pequeña mueca con sus labios mientras colocaba ambas manos sobre su regazo.

— Necesito que vayas a arreglarte hijo —Dijo el hombre mientras bajaba del auto.

— ¿Para qué? —Pregunto él algo curioso. — Es decir... ¿Vamos a salir?

— Oh, si, la señora Choi nos invitó a cenar está noche, somos compañeros de trabajo, ¿Puedes creerlo? —Dijo su padre sonriendo inocentemente mientras se acercaba a él y besaba su cabeza. — Vamos, está empezando a oscurecer, le dije que estaríamos allá a las 7 de la tarde en punto, le dije que prefería ayudarla con la cena

— Pero papá, viven a diez casas de aquí, estás algo acelerado —Dijo él levantándose de la almohada que tenía en el césped para no ensuciar su ropa, tomo está, su block, lápices y la pequeña mesa ocultando las patitas de esta para que no se le hiciera difícil el llevarla dentro de la casa. — ¿Cómo es eso que son compañeros?

— Cierto, olvide contarte lo, el lunes llegó y el jefe la presento como nueva contadora del área de recursos humanos —Dijo su padre sonriendo mientras se quitaba su saco. — Oh, me dijo que uno de sus hijos va a la misma universidad que tú, ¿Por qué no me lo contaste?

— Yo... No hablo con ellos, la verdad solo me dedico a mi carrera papá —Dijo él bajando la mirada por unos segundos.

— Es cierto, oh, hijo puedes llevar algunos de tus dibujos, le mencioné a la señora Choi de lo bueno que eres y se siente curiosa —Dijo su papá mientras subía las escaleras siendo seguido por el menor.

— Papá, sabes que no me gusta enseñar mis dibujos —Dijo él algo nervioso mientras sostenía con fuerza su block de hojas. — Papá, no soy un niño para enseñar lo que hago y que me aplaudan orgullosos...

— Eres mi niño Yeonjun, todo lo que hagas me hace sentir orgulloso de ti, bebé —Dijo su padre revolviendo un poco su cabello. — Tal vez debería decirlo lo bien que cantas también, quedaría fascinada con tu voz, vamos ve a arreglarte, creo que llevaré alguno de los dibujos que tú me hacías

El adulto se fue a su habitación dejando solo al chico en medio del pasillo, el azabache unió con fuerza sus labios haciendo una pequeña mueca mientras cerraba sus ojos, soltó un suspiro entrecortado para luego ir a su habitación y sentarse en su cama por unos minutos observando por su ventana.

Se levantó de su cama y se acercó a su escritorio para alzar su mano y tomar un archivador, se sentó en su escritorio y lo abrió para observar con algo de nostálgica la gran cantidad de dibujos, retratos y bocetos que tenía, levantó su mirada por unos segundos y observo algunos de sus dibujos que tenía en su pared para luego pasar una mano por si cabello.

Termino sacando dos dibujos para luego dejarlos sobre el escritorio y regresar el archivador a su lugar, se dispuso a ir al baño para poder darse una ducha.

De verdad le gustaría poder decir no a su padre, pero no era capaz, no se atrevía a fallarle, él siempre había estado para su hijo, él no podía fallarle, aunque la mayor parte del tiempo fuera demasiado sobreprotector, demasiado metido en su vida, demasiado represivo.

Luego de un largo par de minutos salió, mientras secaba su cabello con una toalla, con el mismo seco la parte superior de su cuerpo mientras observaba su closet, optó por un cárdigan color crema, una camisa blanca y un pantalón oscuro, luego de secar su cuerpo por completo comenzó a vestirse mientras observaba la hora de vez en cuando, faltaba una hora más o menos para el horario en el que su padre había quedado de llegar a la casa de aquella familia.

— Hijo, saldré un momento, iré por algún postre para no llegar con las manos vacías ¿Sí? —Dijo su papá abriendo la puerta luego de golpear una vez.

— Está bien papá —Dijo él sonriendo ampliamente para luego soltar un suspiro luego de que el mayor salió.

Metió su camisa dentro del pantalón con cuidado para luego acomodar su cinturón, por último, coloco sus zapatos oscuros y se dispuso a ir al baño para checar su cabello y acomodarlo un poco dejándolo cubrir su frente luego de secar completamente su cabello por unos minutos, cepillo sus dientes tranquilamente para luego escucho algunos golpes en su puerta por lo que se asomó y vio la hora por unos segundos.

18:35 pm

¿Estás listo? —Pregunto su papá sonriendo desde la puerta.

— ¿Cómo lo conseguiste tan rápido? —Pregunto él mientras tomaba los dos dibujos de su escritorio.

— Bueno, me conocen en la pastelería que queda a dos cuadras —Dijo el adulto sonriendo levemente.

— Ten papá —Dijo él haciendo una mueca para luego extenderle los dibujos a su progenitor. — Por favor, no digas cosas vergonzosas, no digas nada de cantar ¿Sí? Puedes enseñar estos, pero por favor no digas nada de mi ¿Sí?

— Eres mi bebé, voy a presumir te todo lo que quiera, hijo —Dijo el adulto para luego salir de su habitación.

Yeonjun rendido, tomo su celular y lo metió en el bolsillo de su pantalón para luego seguir al mayor y bajar las escaleras, tomo el postre que su papá había dejado en la mesa luego de ver qué podía tropezar fácilmente y adiós tarta de frutos rojos, ambos salieron de casa unos minutos antes y caminar por la acera hasta llegar a la casa de la familia Choi dónde su padre rápidamente tocó el timbre al ver la hora en su celular, no iba a negarlo, ya se sentía avergonzado.

Yeonjun rendido, tomo su celular y lo metió en el bolsillo de su pantalón para luego seguir al mayor y bajar las escaleras, tomo el postre que su papá había dejado en la mesa luego de ver qué podía tropezar fácilmente y adiós tarta de frutos rojos...

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𝙆𝙊𝙄 𝙉𝙊 𝙔𝙊𝙆𝘼𝙉 // 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora