Diana caminaba por el callejón junto con su hermana y el chico, cuando pasaron por el aparador de las escobas, estaba la flamante nimbus 2001, después del entrenamiento para volar en escoba, ella deseaba una escoba, pero no le alcanzaba para comprarse una.
- hermana ¿comprarás una escoba?
- No, al menos no esté año, no tengo el suficiente dinero.
- y ¿él también te enseña a volar?
- no, el no destaca en vuelo, lo he visto antes pero solo hace lo que la profesora le ordena, nada impresionante.
Diana se dio cuenta que ese sujetó tal vez solo estaba actuando justo como lo hacía en todas las clases, existía la posibilidad de que tal vez si sabía volar, pero cuando ella le preguntó le dijo que no era prudente entrenar esa habilidad por ahora, pues era bastante peligrosa, tenían que mejorar su habilidad de fortalecimiento físico, resistencia al vento, propulsión y muchas cosas más, sin embargo, en el futuro estaba empeñado en dominarla.
- Lidia: oye hermana qué te parece si primero vamos a Gringots, después por las túnicas, los materiales y dejamos al final los libros
- me parece muy bien hermana
Lidia se dirigió con su hermana a retirar dinero de Gringots, un segundo pensó que él no las acompañaría, pero dijo que también tenía asuntos que arreglar en el banco.
Agustín quería invertir todo el dinero que tenía en negocios muggle que rendirían fruto a futuro.
Mientras las chicas fueron a hacer un retiro Agustín hizo una negociación con los duendes, logró abrir una cuenta personal.
Lo primero que hizo fue invertir dos cuartas partes del oro que tenía en empresas cómo Apple, Microsoft, Intel, etc. en general empresas que él sabía tendrían éxito en el futuro, que se dedicaran a la tecnología, una cuarta parte del oro restante lo metió en una bóveda que le dieron a él, era de las más inseguras, de las de menor rango, más cercanas a la superficie pero tendría una bóveda para él sólo lo cual era bueno y la última cuarta parte del oro que tenía fue lo que le cobraron los duendes de comisión. Todo el oro que tenía lo había transformado gracias a la piedra filosofal en el curso anterior, así que básicamente eran puras ganancias.
Todo fue sencillo el único problema es que al principio no le creían que fuera oro real creyeron que era oro falso, pero después de que uno de los expertos lo examinará decidieron aceptarlo, normalmente cobran una comisión más pequeña por todos los servicios que él había solicitado sin embargo la cuota había sido muy alta por dos razones, la primera porque había una cláusula de confidencialidad en la cual no le informarían a nadie incluyendo sus padres que él había creado esta cuenta, la segunda porque hacer inversiones en el mundo muggle necesitaba de la creación de nombres falsos y una serie de cosas complicadas
Cuando Lidia y su hermana salían de hacer su retiro, le entristecía saber que solamente tenían poco dinero para gastar y mientras pensaba eso miro como el chico estaba estrechaba la mano de un duende esto no era nada malo, sólo era qué normalmente no estrechaban manos los magos con los duendes, tenían una relación simbiótica más no amistosa, pero él incluso sonreía.
El chico comenzaba a agradarle, era cómico, tenía una forma diferente de hacer las cosas (no le importaba hacer trampa para ganar) lo único que le desagradaba era que por culpa de él su hermana no había pasado mucho tiempo con ella, además de eso le molestaba que su hermana platicaba mucho tiempo de él, por eso cuando tuvo la oportunidad lo patio, eso fue bastante divertido.
Cuando salieron y se dirigían a Ollivanders, entonces una chica se acercó hacia ellos para preguntarles ¿dónde estaba Ollivanders?, pues quería comprar su varita, fue una enorme coincidencia porque ella también se dirige al mismo sitio, por lo que Diana le ofreció que fuera junto con ellos pues se dirigían a ese lugar.
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Llegando al mundo de Harry Potter
FantasyLa gran mayoría de los personajes no me pertenecen, Pertenecen a J.K. Rowling, y también algunos conceptos y personajes pertenecen a Juan Rulfo. y B. Traven. Esta historia es completamente improvisada no tengo pensado nada solamente le escribí por...