4

1K 158 122
                                    


Nanon, 35 años.

A veces, cuando estoy en la iglesia, me pierdo en mis pensamientos, porque cada rincón me trae recuerdos.

Y no puedo escapar de ellos porque desde que volví, paso mucho tiempo aquí.

Ohm nunca fue particularmente moral, así que solíamos tener sexo en este lugar, cuando mamá me obligaba a quedarme horas extras, para ayudar a limpiar.

Estoy ahora acá porque tengo que dar una charla a chicos más jóvenes, para contarles mi testimonio de cómo Dios cambió mi vida, para ayudarlos.

Y ayudarme a mí mismo, supongo.

Regreso la mirada a la carta que tengo en mis manos, y aunque intento estar bien, me siento afectado emocionalmente.

"Estas son algunas fotos de Marlín ayer.”

Sonrío con un nudo en la garganta al ver a mi perro.

Llevo casi dos años lejos de él y lo extraño mucho, pero creo que ha sido una buena decisión dejarlo en casa, cuando me fui.

Ohm aún es amable conmigo y siempre que hablamos intenta hacerme sentir cómodo.

Pero no funciona.

Las pocas veces que llama en vez de enviar una carta, es solo para hablar de Marlín.

"Lo he llevado al veterinario y ha dicho que los problemas en sus ojos son por la edad."

Mi corazón se remueve porque recuerdo lo chiquito que se veía cuando era un cachorro y llegó a casa.

"Deberías venir a verlo, sé que le haces falta, y quizás, no se quede mucho tiempo más... no quiero decirlo, pero es parte de la vida, ¿verdad?"

Sí, es exactamente lo que debería hacer pero nada me aterra más que volver a estar frente a Ohm después de lo que hice.

Cuando estoy solo en las noches, estudiando los sermones que el pastor me da para fortalecer mi fe, recuerdo a Marlín corriendo por el pasillo de nuestro departamento, para saltar al sillón y sentarse junto a mí.

Mientras Ohm nos hacía algo de comer.

No debería pensar en Ohm, ya ha pasado un tiempo, y me gustaría decir que ya no está en mi mente, pero creo que eso no pasará.

Es imposible borrar todo lo que viví con él.

Respiro profundo, bajando la mirada al piso de madera, donde a veces nos acostábamos a conversar, cuando se puso más complicado, antes de que nos fuéramos de este pueblo.

El pueblo al que yo regresé.

Intento ignorar las lágrimas que se acumulan en mis ojos, respiro profundo y continúo leyendo.

"No hablamos hace mucho, así que voy a llamarte en estos días, espero que todo se haya seguido acomodando para ti, Non, porque incluso si no lo comprendo, necesito oírte decir que estás feliz en el lugar que te encuentras ahora."

Ohm siempre ha sido fanático de escribir.

Pasé casi toda la vida que tuvimos juntos, leyendo las notas que acostumbraba dejar por el departamento.

Doblo la carta, dejando las fotos en medio.

Vuelvo a respirar e intento sonreír, porque estoy seguro de que eso es lo que debo hacer.

Me costó mucho pero entendí que a Dios le molesta el pecado, y ahora, según su voluntad, debo ayudar a que otros chicos que están equivocados, regresen a servirle.

Y quizás conseguir una esposa, porque creo que la soledad es lo que me está confundiendo.

Pecador | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora