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Nanon, 27 años.

Quiero evitar ser ruidoso, porque creo que es suficiente con el sonido de la entrepierna de Ohm, golpeándose contra mí.

Siento sus manos a ambos lados de mi cuerpo y su pene está tocando mi próstata una y otra vez.

Ya no es tan temprano, así que intento callar mis gemidos con la almohada.

Creí que con eso era suficiente, hasta que los escucho afuera, justo cuando Ohm se corre dentro de mí.

Levanto mi cabeza de inmediato, porque los pasitos en el pasillo se acercan.

—¿Papi? —escucho en la puerta luego de unos golpecitos y las patas de Marlín rascan la madera— ¿Regalos?

Están ahí los dos.

Ohm respira agitado contra mi espalda, incapaz de formular una respuesta.

—Matt, y-ya voy —digo yo con dificultad.

Ambos suspiramos aliviados, al oír las 6 patitas alejándose.

—Es temprano —dice Ohm acostándose sobre mi espalda— no quiero.

—Está despierto porque le hablaste de los regalos —le recuerdo— ¿Puedes ser amable y sacar tu pene de mí?

—No —responde haciendo un berrinche— ¿Recuerdas cuando podíamos pasar navidad solo cogiendo todo el día?

—Lo recuerdo.

—Era muy bueno, pero también me gusta lo que tenemos ahora —dice besando mi espalda, antes de levantarse.

Giro apenas estoy libre, y Ohm vuelve a subir sobre mí, colocando sus labios en mi nariz.

—Feliz navidad, bebé —susurra mirando mis ojos.

—Feliz navidad.

—¿Vamos a hablarle de Santa? —me pregunta emocionado.

—¿Es lo que quieres?

—¿Mentirle a mi hijo? ¡Claro que sí!

Empiezo a reír acariciando su rostro, y asiento.

Le doy un beso rápido en los labios y me levanto para buscar mi pijama luego de limpiarme, porque no pienso salir de casa el resto del día.

Ohm no se mueve de la cama.

—Eres hermoso —dice cuando estoy colocándome el pantalón.

—¿Puedes vestirte también en vez de quedarte mirándome?

—Haces lo mismo cuando despierto antes que tú, Non.

—Porque me encantas —respondo sonriéndole.

Eso es suficiente para que se levante, y camina hacia mí, para abrazarme.

—¿Ya te he dicho que te amo hoy?

—No —digo agudizando mi voz.

—Te amo —susurra sacando su rostro de mi cuello.

Algo que me gusta mucho de él, es que sea tan pegajoso.

Termino de vestirme cuando se aleja, y salgo al baño para lavarme rápido las manos, dándole un tiempo a Ohm, porque siempre es más lento.

Al llegar a la sala, veo el papel de regalo roto y regado bajo el árbol.

Matt está terminando de abrir una caja.

—Chu chu —dice sonriendo al ver su nuevo trencito.

Marlín está jugando con los pedazos que hay en el piso y me acerco para quitarle la cinta que se le ha pegado.

—¿Te gustó? —le pregunto acariciando su cabecita.

Él asiente rápidamente.

—Chu chu.

—Todas estas cajas son para ti así que ábrelas, porque fuiste un niño bueno, y Santa se ha gastado todos los ahorros de su novio para darte regalos.

—¡Nanon! —dice Ohm desde el pasillo al escucharme, aún con el cepillo de dientes en la boca.

—Matt está feliz —respondo haciendo un puchero.

—Entonces no creo que el novio de Santa esté enojado por sus ahorros.

Pecador | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora