Nanon, 19 años.—¿Dónde has estado? —pregunta mamá parada frente a mí, mirando el reloj de la pared en la sala.
—Limpiando la iglesia —digo evitando su mirada y camino hacia las escaleras para subir a mi habitación.
—Les preguntaré porque no es normal que hayas demorado tanto.
—Estuve ahí —repito levantando las manos para mostrarle— estoy sucio porque me arrastré por todos los pisos para dejarlos relucientes.
Ella mira dudosa mis manos y finalmente se da por vencida.
—Ve a tomar un baño rápido, y duérmete porque ya es tarde.
—Sí, mamá.
Apenas la veo sentarse para seguir tejiendo, sonrío victorioso.
Muevo mis pies hasta mi habitación y le pongo el seguro antes de lanzarse a la cama.
—Al menos no es una mentira que te arrastraste por los pisos —susurra Ohm a mi lado tratando de no ser ruidoso.
Lo golpeo suavemente en el estómago y empieza a reír.
Mi ventana siempre está abierta, porque él acostumbra pasar las noches conmigo.
Es arriesgado, pero desde la primera vez que lo hizo, se ha vuelto una necesidad.
—No debimos ir a caminar fuera del pueblo, se ha molestado de verdad.
—Siempre está molesta —responde alzando los hombros.
Tiene un punto, pero no quiero seguir provocándole más disgustos o se pondrá más estricta con mis salidas.
—¿Vamos a tomar un baño? —me pregunta al ver que me levanto.
—Ya la oíste, no queremos que suba a repetirlo.
Suspiro bajando mis pantalones, y cuando levanto la mirada, Ohm me está mirando las piernas.
Le tiro la ropa en la cara.
—Solo vamos a tomar un baño, ya fue suficiente por hoy.
Él hace un puchero, luego de quitarse la camiseta.
Sonrío acercándome a su rostro y dejo un beso pequeño en sus labios.
Aún estoy tenso por mamá.
Llevamos ya muchos meses juntos, y aunque ella no parece tener idea de lo que ocurre, siento que en algún momento va a descubrirlo e intentará alejarme de Ohm.
—Amor —dice levantándose también y agarra mi cintura para acercarme a él.
—¿Mmh?
—Ya no te preocupes —susurra luego de besar mi nariz— vendrás temprano el resto de la semana, y lo olvidará, yo puedo encargarme de limpiar.
Ohm siempre sabe que pasa por mi cabeza, aunque lo esté tratando de ocultar.
—Estoy bien —le aseguro dando la vuelta para abrir la puerta.
Camino al pasillo y miro primero para abajo, asegurándome de que mamá siga frente a la chimenea.
Respiro tranquilo al ver que se ha dormido.
Agarro la mano de Ohm para ir rápido sin prender la luz, hasta llegar al baño.
—Tengo frío —digo mirando la bañera, luego de asegurar la puerta.
No he puesto agua a calentar en la cocina, y no quiero bajar de nuevo porque mamá va a gritarme.
—¿Quieres que te ayude a entrar en calor? —pregunta colocando las manos a ambos lados de mi cuerpo, arrinconándome contra la pared.
—Va a oír, Ohm, shh.
Sonrío al ver que hace un berrinche.
—Te amo —susurro contra sus labios.
—¿Mucho?
—Mucho —aseguro acariciando su rostro.
—Yo te amo más —dice jalándome hacia la bañera y ahora soy yo el que hace un berrinche— estás muy sucio, voy a limpiarte.
—Es lo justo, me ensuciaste tú, y sabes que odio bañarme en la noche.
—Ya sé —responde agarrando el jabón, y prende el agua, haciéndome tiritar— eres muy llorón.
Entrecierro los ojos, y le salpico el agua en la cara.
Su expresión es graciosa, pero ya no me río cuando pone la toalla a un lado, y se mete también a la bañera.
—Voltéate —me ordena más serio y obedezco.
Me acomoda sentándome sobre sus piernas y empieza a frotar mi espalda con la esponja.
Suspiro cuando besa mi cuello al terminar.
—Non —dice alcanzándome el jabón para liberar una de sus manos y agarrar el shampoo.
—¿Mmh?
—Me preocupa que tengas que vivir acá.
—¿Por qué?
—No es bueno para ti tener que aguantarla.
—Te he dicho que estoy bien, Ohm.
—Sí, tú dices muchas cosas pero yo veo algo diferente en tus ojos.
Me quedo en silencio un momento, porque no me gusta preocuparlo, y si le digo todo lo que pasa por mi mente, será así.
Sin embargo, no me gusta ocultarle mis pensamientos.
—No puedo hacer nada, amor, quizás estaría más tranquilo si fuera solo mamá, pero no puedo escapar de ella, porque sin importar a donde vaya, hay personas que piensan de la misma manera.
—Lo sé.
—De todos modos, tienes razón, esto no me hace bien, llevo mucho tiempo de mi vida pensando en tomar un descanso porque estoy agotado, con o sin ella tengo que esconder lo que soy, y prefiero que sea sin escucharla.
—Yo encontraré la manera.
Giro para mirarlo a la cara, apoyándome en su pecho.
—¿Lo harás? —pregunto sonriéndole— ¿Por qué siempre quieres encargarte de todo?
—Tú llevas mucho tiempo solo con esto y me gusta ayudarte a cargar los problemas que te tocaron.
Tengo un nudo formándose en mi garganta porque agradezco mucho tenerlo a él.
—Gracias —susurro evitando las lágrimas que tengo en los ojos.
—Quiero que seas feliz —dice sonriéndome también— eres la persona que amo, así que esa es mi prioridad, conmigo o sin mí, solo me importa que tú estés bien.
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Pecador | Ohmnanon
FanfictionNanon hizo un cambio en su vida para servirle a Dios cuando entendió que ser gay era un pecado.