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Nanon, 35 años.

Apenas he podido hablar con Ohm cuando ha pasado por mí, en el auto, porque parecía no estar teniendo un buen día.

Lo he notado porque, además del “buenos días”, solo me hizo un par de preguntas sobre cómo he dormido y mi opinión del clima.

El saludo que First me ha dado al llegar, fue mucho más hostil de lo que ha sido el día anterior, así que mi suposición es sencilla.

Creo que pelearon.

Sería estúpido intentar convencerme de que no tuve que ver en eso.

Ahora, me estoy limitando a acariciar a Marlín en la alfombra, pero hoy tengo la sensación más fuerte de que no debería estar aquí.

Ninguno está cerca y estar a solas con mi perro no es algo malo, sin embargo, siento que estoy invadiendo un espacio que no me pertenece.

—¿No quieres también llevarlo a casa cuando tenga que irse? —escucho que pregunta First en la cocina y bajo la mirada, soltando un suspiro.

—No seas infantil.

—¿Infantil? —le cuestiona— no, Ohm, no intentes volverlo un problema mío, porque yo soy tu novio, y es normal que me sienta incómodo con esto.

—¿Por qué te preocupa? —responde resoplando— Nanon ya no me interesa de esa manera, fue importante en mi vida, pero ahora te tengo a ti.

—No sé —susurra logrando que casi no escuche— me asusta.

—No tienes que tener miedo, Nanon siempre será importante para mí, pero estoy enamorado de ti, y él no va a cambiar eso.

El nudo en mi garganta se va haciendo más fuerte, y quiero salir de ahí, porque es obvio que no debería estar escuchando esto.

—¿De verdad, Ohm?

—Tú sabes lo que Nanon piensa sobre los homosexuales, así que no entiendo por qué estás enojándote tanto.

Me levanto agarrando a Marlín, porque creo que ya fue suficiente.

Es esto lo que quería, pero no se siente bien.

Ohm tiene que seguir su vida, y yo le he dicho varias veces que ya no lo amo, así que tiene sentido que ahora tampoco me ame a mí.

Pecador | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora