Pecador | Ohmnanon

17

Nanon, 35 años.

El ambiente tenso empeora, porque escucho la puerta de entrada abriéndose y cruzo mi mirada con la de Ohm.

Él parece estar paralizado al verme, pero Marlín no.

Corre por la sala dejándolo atrás, y llega hasta mi lado, logrando quebrarme.

—Mi amor —susurro agachándome, sonrío y lo abrazo con fuerza, escuchándolo llorar.

Siento que es un reclamo por haberme ido.

Está muy ansioso, lamiéndome y moviendo la cola, así que solo lo acaricio y lloro con él.

Lo extrañé, muchísimo.

—Lo siento —digo acariciando su cabecita y lo detengo un momento con mis manos para mirarlo a los ojos— lo siento, bebé.

Subo un poco la mirada, aún teniendo a Marlín conmigo, y noto que Ohm está mirándome.

Me inquieta mucho su presencia ahora, y no estoy seguro de si es bueno para mí.

—Te extrañé —le digo volviendo a abrazarlo, y dejo besos por toda su cara— papá te extrañó mucho.

Mi sonrisa se quita de golpe cuando escucho que First carraspea.

Camina hacia Ohm y suspira, estirándose para besarlo.

—¿Cómo te fue? —pregunta alto, así que obviamente estoy escuchando.

Siento que el ambiente se pone aún peor, porque Ohm lo ignora.

—Hola, Non —dice directamente hacia mí.

—Hola —respondo bajando la mirada.

Tendría que estar actuando como un adulto, pero solo quiero colapsar ahí mismo.

Toda la situación me sobrepasa así que intento concentrarme en Marlín.

—Vamos a cenar —le dice First— Nanon puede quedarse si quiere.

—No, gracias —aclaro rápidamente— yo ya tengo que irme y buscar un hotel, es tarde y prefiero no incomodarlos más.

—Está nevando —menciona Ohm.

—Estaré bien —respondo levantándome.

Me está doliendo todo el contexto y sentir que ahora soy yo quien sobra aquí.

—Nanon, estás acá por Marlín, deberías quedarte para pasar tiempo con él, es tu casa y hay una habitación —termina de decir en un susurro.

Sé que se refiere a la de Matt, y no me siento capaz de algo así.

—Es mejor que regrese mañana, Ohm.

—Puedes...

—Debería irse, amor —lo interrumpe First agarrando sus manos— necesita descansar, hizo un viaje largo.

—Al menos deja que te ayude a buscar un lugar cerca, Non, no vas a conseguir un taxi fácilmente con este clima.

Quiero seguir negándome, pero él no me deja seguir hablando.

—No es una consulta, no estaré tranquilo si te vas solo.

Me pone aún más tenso sentir la mirada de First en mí, pero no me atrevo a mirarlo yo.

—Amor —dice con la voz seca— no creo que sea necesario.

—Puedes cenar o esperarme, no voy a tardar mucho, así que dale de comer a Marlín también, por favor.

Suspiro al ver que sale del departamento y First camina a la cocina, dando pasos largos.

Creo que se ha molestado.