Nanon, 26 años.Suspiro al escuchar a Marlín llorando en el sillón, cuando ve que Ohm agarra las llaves.
Sabe que vamos a dejarlo solito y eso no le gusta.
—Papá y yo volveremos rápido, y si tenemos suerte hoy, conocerás a alguien más —le digo besando su nariz— ya no seremos solo los tres, y tendrás a alguien con quien jugar cuando tenemos que trabajar.
Sonrío porque ladra, moviendo la cola.
Eso me ayuda a relajarme un poco, pero aún estoy muy nervioso.
Al salir y subir al taxi, miro por la ventana durante todo el camino.
No tengo muchas ganas de hablar, pero sí un buen presentimiento; sin embargo, quiero ignorarlo porque odiaría decepcionarme, otra vez.
Tal vez, este es el día.
Bastante tiempo después, al entrar en el albergue, el olor a humedad llega a mi nariz y respiro profundo, para tener el valor de colocar los papeles frente a la recepción.
La chica me mira con mala cara, como siempre.
Suele estar de malhumor.
—Acomodamos todo lo "inconsistente" —digo manteniendo mi voz suave.
Ella resopla agarrando los documentos, mientras seguramente piensa en otra excusa para decir no.
En ese momento, la puerta principal se abre de nuevo, y veo a un niño pequeño intentando caminar al ritmo en que otra de las cuidadoras lo jala.
Me agacho para detenerla, porque parece que está lastimando su bracito.
—Es muy pequeño para ir tan rápido —le indico subiendo la mirada por un par de segundos, antes de volver a poner mi atención en él.
Sonrío porque me sonríe, y noto que tiene la saliva cayendo por la comisura de su boca, porque ha estado haciendo burbujas.
La señorita vuelve a agarrarlo, y lo limpia rápido con un papel, sin ponerle cuidado.
—Otros pequeños pueden hacerlo, él es retrasado —dice dejando una carpeta en la mesa y mira a la recepcionista— solo piensa en la cantidad de tiempo que tendremos que invertir en este, porque nadie va a quererlo.
—Hola —le digo en un susurro y mi corazón se remueve en mí, porque él estira un dedo hacia mi cara, como si me estuviera analizando.
Luego me golpea suavemente y empieza a reír.
Volteo automáticamente hacia Ohm y veo en su mirada que está de acuerdo.
—Yo lo quiero —digo levantándome.
—Voy a rechazarle la solicitud...
—A ustedes les molesta, ella dijo que es especial, y eso les traerá muchas obligaciones, pero nosotros podemos cuidarlo, puedes comprobarlo en los papeles, nada le hará falta, tenemos los ingresos, y hemos comprado un departamento que tiene espacio para él, sabes que podemos hacerlo, por favor.
Supongo que le han dado lástima las lágrimas que estoy soltando, porque baja la mirada un momento, como si estuviera pensándolo de verdad.
—Puedo hacer una excepción, si en los papeles coloco únicamente tu nombre.
Siente la frustración volviendo a aparecer, pero Ohm pasa una de sus manos por mi hombro, y me gira hacia él.
—No importa, dile que sí, ambos sabemos que será nuestro, y la mierda que escriba en esos papeles, no tiene que afectarte —dice lo suficientemente bajo para no ser escuchado— no armes una pelea por esto, no lo va a entender.
Me detengo un momento a pensarlo, hasta que siento su manita jalando la mía.
Parece muy entretenido mirando mis dedos.
Creo que él nos necesita, tanto como nosotros lo necesitamos.
—Está bien —acepto volviendo a mirarla— firmaré yo.
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Pecador | Ohmnanon
FanfictionNanon hizo un cambio en su vida para servirle a Dios cuando entendió que ser gay era un pecado.