Las leyes de la creación están escritas por el destino de la luna. Destinos tan sencillos como que los Alfas sienten atracción por los aromas dulces de los Omegas y estos por los fuertes de los Alfas. Pero como todo en esta vida existen las excepcio...
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Lunes por la noche, tras un fin de semana tan extraño como a la par de revelador, JK se disponía a llegar al río junto a sus amigos.
El domingo, tras desayunar con TaeHyung, se había marchado a su casa. Agotado por la avalancha de sentimientos pasados, había vuelto a dormir hasta entrada la tarde y después solo estuvo sin hacer nada particular hasta ese día por la mañana que había tenido que ir a trabajar.
Había querido mandarle un mensaje a TaeHyung, tan solo preguntarle a qué hora acudiría a la quedada de cada noche para ir él a la par. Sim embargo se sintió idiota por no tener el número del mayor y lo dejó estar, esperando que cuando él llegara este ya estuviera.
Así que, volviendo al presente, escogió de la estantería de la pequeña tienda una tableta de chocolate puro con naranja para ambos. Esperaba que fuera un claro: esto es nuestro. Aún si seguía teniendo miedo, todo desaparecía al pensar en estar entre los brazos del mayor.
-JK, ¿no? -Preguntaron a su lado, una sombra algo más alta que él opacando el foco de luz. -El rubio es Nochu. -JungKook miró a YeonJun, el corredor del bando contrario. Su mayor enemigo ahora mismo en la pista y perteneciente a TXT junto a la alianza con Attez. -Sabes, el otro día vi algo curioso. -El pelinegro vio al rubio tan impasible como siempre, sin emociones en su rostro y jugando entre sus dedos con la tableta de chocolate. -Chico de pocas palabras.
-Es que estás actuando ridículo al tratar de ser misterioso. -Habló al fin, molestando notablemente al contrario por su respuesta. -Me callo por no reírme en tu cara. -YeonJun lamió la fila superior de sus dientes antes de sonreír con burla.
-Entiendo porqué le gustas a TaeHyung. -Y al fin logró una emoción en JK, que le miró al instante abriendo ligeramente su boca por la sorpresa de tan repentina afirmación. -Sí, te vi salir de ese callejón y después a él. -Fue inevitable, como la presión comenzó a instalarse en su pecho. -Te ha dicho ya que le gustas, ¿no? -No esperó respuesta, sino que con una sonrisa de suficiencia le arrebató el chocolate de sus manos para echar una alta carcajada al leer el sabor de este. -Seguro que eso te ha hecho sentir importante, te habrá hecho creer que eres un Alfa superior al poder tener loco a uno como él. -El lobo de JungKook gruñó en su interior, dudando entre sentirse humillado o estafado. Estaba creyendo en sus palabras. -Así son algunas personas, aman verse por encima de otras. ¿Sabes lo que quiero decir?
Jeon apretó su mandíbula, recordando como TaeHyung siempre había sido el que lo provocaba hasta hacerlo perder la razón. Recordando como fue quien, a pesar de estar de rodillas en el suelo haciéndole una mamada, era quien demandó el ritmo y que debía verla a la cara. Recordando que el día anterior había estado como un imbécil sumiso sentado sobre sus piernas y recibiendo comida en la boca dada por el mayor.
Hay veces, que las inseguridades y miedos, por muy absurdas que en momentos lúcidos podamos saber que lo son, ganan la batalla en momentos de soledad o presión.
