Las leyes de la creación están escritas por el destino de la luna. Destinos tan sencillos como que los Alfas sienten atracción por los aromas dulces de los Omegas y estos por los fuertes de los Alfas. Pero como todo en esta vida existen las excepcio...
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-JungKook. -Susurró, bajo y tratando de calmar el instinto de su propio Alfa de sacar pecho al contrario. -Creo que deberías irte a tu casa. -Los ojos de TaeHyung huyeron del contacto con los de JungKook cuando esté gruñó molesto desde su pecho.
-Alfa se queda. -La voz tan grave y animal hacía arder sus propios caninos ante la, inevitable, confrontación.
-Vale, pues... -Tartamudeó, soltando una respiración sonora por la nariz al inhalar el fuerte ahora a naranja del menor y ver de nuevo, ante sus ojos, el pene de Jeon endurecerse. -Debo irme yo. Iré a tu casa y mañana volveré y podremos hablar de...
El fuerte agarre de nuevo en su cabello le hizo callar con un gemido de dolor. JungKook inclinó su cabeza hacia arriba para verlo a los ojos, el rubí febril del celo en sus grandes orbes siempre oscuras. El vaso de zumo de naranja, que aún seguía preso en su mano libre, fue lanzado con furia hacia la pared contraria rompiéndose en mil pedazos y creando un estruendo por el estallar de los cristales.
-JungKook, por favor. -Suplicó su liberación, tragando el orgullo innato de su animal y siendo ignorado.
-Alfa se queda. -Gruñó de nuevo, poniéndolo en pie al tirar de sus cabellos azabaches.
-Alfa se queda. -Repitió TaeHyung con la voz estrangulada por el dolor. -Alfa se puede quedar, no pasa nada. -Ofreció, sus ojos cerrándose de golpe cuando JungKook envolvió su cuello y presionó sobre su manzana de Adán con su dedo pulgar. -Pero JungKook no querría esto. -La mandíbula del nombrado chasqueó animal con una mordida al aire, Kim cerró sus ojos con pavor. -JungKook querría que TaeHyung estuviera a salvo y se marchara.
El dedo pulgar en su nuez apretó un poco más, la presión le quería hacer toser pero se negó a hacerlo. Aire cálido rozó su piel, el pulgar delineó su mandíbula y los dedos en su cabello ladearon su cabeza. JungKook estaba inhalando su olor, dejando sus labios reposar sobre la glándula de aroma.
-Alfa se queda. -Dijo lentamente, palabra por palabra, sacando su lengua para delinear el palpitar del corazón de TaeHyung en su cuello.
En miedo se disipó, con cada pequeña inhalación y lamida a su cuello, ante la dulzura repentina e inusual en un Alfa en celo. JungKook se había inclinado sobre él, bajando sus manos para rodear su cintura delgada y encorvándose hasta parecer un pequeño cachorrito en busca de mimos y cariños.
TaeHyung apretó sus ojos con fuerza nuevo, reteniendo las lágrimas que querían escapar de ellos, ante la Epifanía que acaba de comprender.
No solo JungKook lo amaba a él como persona. Había más que JungKook enamorado de TaeHyung.
Su Alfa, amaba a su Alfa.
El Alfa de JungKook estaba enamorado del Alfa de TaeHyung.
-Mi Alfa. -Murmuró suave, escuchando el ronroneo de JungKook en su oído. -Mi buen y lindo Alfa. -Rodeó su espalda devolviendo al fin el abrazo. -Alfa no se va. -Prometió, dejando reposar su mejilla sobre el cabello ligeramente húmedo por el sudor del celo de Jeon. -Alfa se va a quedar con Alfa.
