Maratón final 1/7
Los días sucedieron con tanta facilidad y ligereza como ocurrían las caídas de las hojas en los árboles en otoño. En este caso, el verano comenzaba a mostrarse y el sol pegaba fuerte sobre la ciudad. A TaeHyung no le avergonzaba recordar y decir que, cuando vio a su novio entrar a la librería donde trabajaba aquel miércoles con una simple camiseta de manga corta negra y sudado, no le calentó más que el mismo sol.Adoraba la piel de JungKook, desde lo suave y áspera que era a la vez hasta los lunares, cicatrices y tatuajes en ella. Simplemente adoraba todo de JungKook. Su físico era un plus para la maravillosa persona que era por dentro.
Cuando aquel día, que logró y se reencontró sorprendentemente con su hermano, fueron a casa de los Park; HyungSik ya los estaba esperando con una notable ansiedad. El instituto había llamado preguntando por el menor al no asistir a clase, más fue su angustia y nerviosismo cuando algunos de sus compañeros habían declarado verlo irse junto a dos chicos gemelos de apariencia ruda y fuera de lugar en la zona.
Al HyungSik terminar de abrazado a su hijo adoptivo y mirar sobre él, TaeHyung se sorprendió cuando vio al imponente hombre de traje ponerse a llorar y correr a su encuentro también. En su oído palabras como: te hemos echado de menos, estaba preocupado por ti TaeHyung, no vuelvas a alejarte sin decirnos a donde vas nunca más. El gran corazón gentil, ya rescrebajado de Kim, casi se convierte en polvo aquella mañana.
HyungSik escuchó todo, la versión de SungHoon y la de TaeHyung. Cada segundo y cada palabra dicha acentuando el fruncido de sus cejas y arrugando más sus labios. Sin haber mediando él si quiera una palabra, tan solo se puso en pie y llamó a su esposa al trabajo demandando que acudiera con carácter de urgencia a casa. La discusión que se dio delante de los más jóvenes fue atroz y a gritos.
La señora Park solo tenía como defensa a su acto cruel el bienestar de SungHoon, lo desgraciada que sería su vida si TaeHyung hubiera seguido a su lado o volvía a él. HyungSik rebatía una y otra vez con determinado convencimiento: es su hermano, sangre de su sangre, lo ama, se aman, es una buena persona. Mas la frase que dejó a TaeHyung mudo y encogido en su lugar fue: sabes que yo quería adoptar a los dos, tú fuiste la que insistió solo en SungHoon y le arrebataste lo que más quería. Ella había respondido: porque ese adolescente estaba descarrilado, bastante que tuve que aceptar al mocos de SungHoon.
HyungSik se había quedado callado de golpe, tenso y con una onda de aroma agrio a su alrededor. SungHoon se sentó en una silla cercana y tapó sus ojos llenos de lágrimas. ¿Una razón más para amar a JungKook? Fue el único que intervino.
-"Me alegro tantísimo de que mi cuñado no le haya otorgado el título de madre. Porque usted será una víbora, un demonio o un adefesio de persona, pero jamás una madre. El día que se arrepienta de sus actos y palabras, si alguna vez lo hace, ya será demasiado tarde y solo le quedará la opción de arder en el infierno; perra." -Había dicho plano, natural y con tanta sensatez y convicción que dejó a la Omega helada. El lobo de JungKook había salido en defensa de su Alfa y su pequeño cuñado callando a la arpía que soltaba pestes de ellos.
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Orange Chocolate ~ Omegaverse ~ TaeKook ~ KookTae
Fiksi PenggemarLas leyes de la creación están escritas por el destino de la luna. Destinos tan sencillos como que los Alfas sienten atracción por los aromas dulces de los Omegas y estos por los fuertes de los Alfas. Pero como todo en esta vida existen las excepcio...