Y Todo Por Ese Error #1 ✓

Capítulo 2

Aria

—Perdiste —musité, al dejar de besarlo.

—Sabes perfectamente que perdimos los dos —sonrió de lado, con seguridad.

Y era verdad.

Depositó un beso suave y corto en mis labios, antes de alejarse un poco.

—¿Quieres ir abajo? Se darán cuenta y nos volverán locos.

—Querer, no quiero... Pero debo —resopló, con molestia.

Nos sentamos en el sofá, enfrentados.

—¿Hace cuánto te mudaste aquí? —preguntó, dándome a entender que lo había olvidado.

—Unos nueve meses. Mis padres se separaron, yo vine con mi madre y mi hermano se quedó con mi padre, en Bont —le conté. Él asintió, apretando los labios—. ¿Tú viviste aquí?

—Me mudé hace dos años. Mi hermana y madre viven en Grove, un pueblo pequeño que queda a unas dos horas de distancia. Yo vivo en la ciudad. Venimos en verano a visitar a mi abuela.

No me extrañó que también viviese en Bont. Es una ciudad enorme y, aunque los dos habíamos coexistido en el mismo lugar por un tiempo, tampoco era loco que no nos hubiésemos conocido.

—¿Hermana mayor? —indagué.

—Hermana menor —aclaró—. ¿Tu hermano es mayor o menor que tú?

—Mayor. Tiene tres años más.

—Uno más que yo —asintió lentamente.

—¿Tienes la edad de James?

—Claro, ¿no sabías? Fuimos al insti juntos.

—De ahí se conocen... —comprendí.

—Seh. Todos nos conocemos de ahí. Fui al mismo que tú —hizo una pausa, esbozando una media sonrisa—. Es una lástima que no nos hayamos cruzado.

Eso hubiese sido interesante.

Estoy de acuerdo contigo, Aria del pasado. Perdón, digo... No.
Maldito seas, Becker.

—¡Estoy subiendo! —exclamó James y ambos desviamos la atención hacia la escalera—. ¡Dejen de hacer cualquier cosa que estén haciendo porque voy a destaparme los ojos!

—¿Estás ebrio o algo? —arrugué la cara, actuando desconcierto, cuando terminó de subir.

—Becker, ¿estás... hablando con ella? —fue lo primero que dijo, estupefacto—. Creí que iba a encontrarlos en una situación por demás de incómoda cuando supe que estaban solos.

—¿Crees que no sé hacer caso? —arqueó una ceja con incredulidad.

Maldito mentiroso y cínico psicópata. Claro que no sabía hacer caso.
Me miró de soslayo y contuvo una sonrisa.

—También me sorprende de ti, Aria —asintió con la cabeza, aprobatorio.

—Por favor, James —revoleé los ojos—. Soy una chica inteligente.

—De hecho, sí —coincidió, señalándome con el pulgar—. ¿Tienes idea de la cantidad de cosas extrañas que sabe sobre el universo?

—Aria sabe cosas extrañas acerca de todo... Porque ella es extraña.

—¡Oye! —chillé.

James lanzó una carcajada. Liam se limitó a sonreír de lado.

—Sólo venía porque Kim me dijo que te dijera que iba a acostarse. Y dijo que vayas a su habitación cuando quieras ir a dormir —se enredó en sus propias palabras—. Bueno, me has entendido.