Capítulo 14

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Aria

Viajé a la ciudad, junto con Luca, para la fiesta aniversario. Nos alojamos en el hotel en el que se daría a cabo, para no tener que ir y venir.

Sabía que había posibilidades de que fuera a verlo, pero estaba convencida de que no iba a generarme absolutamente nada.
Frank y yo teníamos una relación seria hacía casi cinco meses. Dos meses y medio no podían pesar más que todo ese tiempo, era una completa locura, así que estaba tranquila.

Además, Tony estaba de vacaciones, así que los chicos no iban a asistir. Quizás él tampoco lo haría, para evitar aburrirse.

Frank se había quedado en el pueblo porque, por obvias razones, no podía dejar sola a su madre.

Compré en la ciudad, a los apurones, un vestido negro. Los hombros me quedaban al descubierto, las mangas estaban a la altura del escote en forma de corazón y tenía un tajo que dejaba ver mi pierna izquierda casi por completo.
Odiaba los vestidos que no tenían un tajo, sentía que no podía moverme con libertad si les faltaba eso.

En el cabello me hice un moño desordenado y, de nuevo, pedí que me dejaran dos mechones libres, para no estar tan al descubierto.

Bajé cuando llegó la hora. Mi hermano no daba señales de vida. Le envié varios mensajes, pero evidentemente estaba ocupado haciendo quién sabría qué.

Saludé a algunos invitados que se me acercaron, pero sólo eso. Esperé a que llegara Luca para hacer el resto, no quería estar sola.

Un miembro del staff me entregó una copa de champagne, estaba muerta de sed. Odiaba el calor de la ciudad.
Me resguardé al lado de una columna para pasar desapercibida hasta que viera a mi hermano. Sabía que estaba nervioso, esa noche era una especial para él: Sería presentado frente a todos porque se había recibido.

Luca iba a abrir una franquicia de la empresa en el pueblo, así que estaba aún más nervioso, cosa que me preocupaba, porque no quería que llegara por demás de ebrio –algo que sucedía bastante cuando, además de los nervios, mi padre estaba involucrado–.

De repente, lo vi entrar por la puerta... pero no estaba solo.

Oh... Dios, no.

Becker estaba a su lado.

Mierda, mierda, mierda.

Estaba como esa vez que fuimos juntos a la fiesta, con un traje color negro, pero había algo diferente... Estaba aún más lindo, no podía comprender cómo podía ser que se viera aún más atractivo.

¿Acaso nadie se hacía cargo de controlar la belleza ilegal? En ese momento hubiese cometido cualquier delito con tal de besarlo. Hubiese hecho cualquier cosa que me pidiera, sin dudarlo.

Verlo me recordó lo mucho que lo extrañaba, lo mucho que necesitaba sentirlo, escucharlo, abrazarlo.

Estaba en serios, serios problemas. Tenía que huir de él a como diera lugar.

Me temblaba el cuerpo entero, no podía respirar con normalidad, comencé a sentir un calor sofocante invadirme.

¡Maldito Voldemort de pesadilla!

Y me miró.

Qué hermoso ser humano del mal.

Tenía el ceño fruncido cuando llegó. Al verme, ese gesto se desvaneció. No desvió la mirada, evidentemente no pretendía devolverme el aliento en un futuro cercano.

¿Qué querría exactamente? Ya podía desviar su atención. Listo, nos vimos, y cada cual por su lado. ¿Qué tanto problema?

Luca me vio y caminó hacia mí. Él lo siguió con pasos dubitativos, pero lo detuvo un chico para hablar.

Y Todo Por Ese Error #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora