Aria
Y volvió a pasar el tiempo, así, en un parpadeo... Estábamos a dos semanas de que Becker volviera a la ciudad, y sentía que todo a mi alrededor comenzaba a perder sentido por alguna razón.
Dormir sola era horrible, quería que me abrazara. Un día sin sus caricias o besos era un día perdido... Y, según creía, tenía nueve meses por delante sin él en los que iba a sufrir un calvario.
Bueno, no iban a ser sólo nueve meses.
Luca tenía razón... el primer amor rompe el corazón. Pero hay algo que en mi caso era distinto. Mi corazón ya dolía. Ya estaba roto, incluso antes de que él se fuera, porque ya me hacía falta.
Mi gran, gran, grandísimo problema era que tenía la certeza absoluta de que lo amaba. Tal y como me había dicho él una vez, lo veía y simplemente lo sabía.
No se lo había dicho, no tenía el valor, no quería que mi amor lo atara. Quería que fuese libre, feliz... Más allá de que yo estaba segura de que iba a esperarlo el tiempo que hiciera falta.Llegado un punto, entendí que yo no era dueña del amor que sentía por él, sino que, por el contrario, había tomado posesión de mi cuerpo, de mis decisiones, de mi consciencia.
Esa era su naturaleza, había cobrado vida y, lo único que ese sentimiento pretendía, era ser mi dueño indiscutible.
Me rendí por completo cuando noté que no podía minimizarlo, no podía eliminarlo ni cortándolo de raíz. Sólo crecía, crecía y crecía...Esa noche decidimos ir a la discoteca que frecuentábamos casi todos los fines de semana con Kimmy. Más precisamente, la discoteca en la que había conocido a James.
Quién diría que lo había conocido ahí y que, en esa misma discoteca, se marcaría un quiebre en nuestra amistad.
Me vestí linda, lo más linda que pude. Quería verlo mirarme con esos ojos de "puedo devorarte de un bocado", quería que me comiera a besos, quería escabullirme con él —sin que los demás se enteraran— a mi casa a arrancarnos la ropa, porque sentirlo era mi obsesión.
Así que me puse un vestido color blanco, pegado al cuerpo, con tiras finas y cruzadas en la espalda, porque sabía que ese color resaltaba mis ojos. Por lo que, también, me dediqué a maquillarlos con brillo.
No me pinté los labios, porque pretendía besarlo sin preocuparme por nada.
Me puse zapatos, porque quería llegar a su boca tan fácilmente como pudiera.
Me hice una cola despeinada y alta, porque quería que tuviese acceso libre a mi cuello y hombros.
Y lencería de encaje... Porque simplemente lo volvía loco.En eso me había convertido: Un objeto de plena satisfacción para él.
Al llegar, nos encontramos con que la discoteca estaba como a mitad de año: Llena de habitantes de Dracdale.
La temporada de verano estaba terminando, así que, prácticamente, nos conocíamos entre todos. Era como una fiesta privada.
El pueblo entero estaba ahí; Compañeros míos de la escuela, de mis amigos, algunos de la universidad de James y Tony, amigos de mis amigos... y todo nuestro grupo.
Por supuesto, lo primero que hicimos fue calentar la garganta con algunos shots en la barra.
Muchas personas se acercaban a nosotros para saludarlos a ellos, para saludarme a mí.Había comenzado la noche.
Bienvenidas y bienvenidos al drama en su máximo esplendor, a la noche de los malentendidos, a la ruptura de dos corazones, a la maldad personificada, al resentimiento, a la venganza, a la violencia... A la noche en la que todo terminó.
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Y Todo Por Ese Error #1 ✓
RomancePrimer libro de la bilogía: "Somos Supernova". Sinopsis: Aria Miller se instala a vivir en el pueblo de su madre en su adolescencia y conoce a su primer amor, Liam Becker, el perfecto cliché. Es atractivo, malo y tremendamente seductor. Incluso si...