Fantasía de Amor - Lumity

Desire of the heart

Capítulo 19:

¦|Luz Noceda:

Últimamente siento que Amity está en modo automático, con cada toque del timbre acomoda sus cosas rápidamente y se desaparece en los pasillos como fantasma, los descansos almorzabamos juntas en un espacio privado y sombra, ahora pasaba ese tiempo sola o acompañada de Amber, Andy no era una opción, era igual de fantasma que ella pero se dirigía al laboratorio solo para encerrarse, aunque no hemos conversado sobre las consecuencias del envenenamiento, se que está haciendo algo que la ayude en algo.

Amity dejó de frecuentar mis aposentos por las mañanas, de hecho, parecía como si me estuviera ignorando, ¿he hecho algo malo? ¿Y si se a enterado de eso? Ha estado ocupada con el consejo estudiantil, aun así no hay razón para que huya.

Cuando la campana sonó, mis cosas ya estaban listas en mi maletín y con apuro fui hacia el asiento de Amity quien ya estaba de pie y a unos metros de la puerta.

—Ams espera. - no me importaba si circulaban rumores de que estábamos peleadas, en realidad no sabía porque se comportaba así. —Ams. Ouch, disculpa. - esta vez no escapará.

Su paso se apresuró y yo empecé a correr luego de ver lo rápida que era.

—¡Amity espera! - nos habíamos apartado demasiado del sitio habitual.

No me gustaba aprovecharme de las capacidades físicas que un alfa podía tener, me gustaba competir con ella de la manera normal, nunca fui atlética en mi vida anterior y verla sonriente era la mejor vista de todas. Pero tuve que alcanzarla hasta tomar su brazo y detenerla.

—¡Oye! - intentó soltarse.

—Basta Ams. Que te sucede ultima-

No se de que manera halagarla, por su fuerza o porque después darme un cabezazo se mantiene en pie como si nada.

—¡Sueltame! - luego caí al suelo.

Su pecho subía y bajaba con apuro, la que más se había cansada era ella, tenía las mejillas rosadas y puede observar una gota de sudor abandonar su mentón.

—Amity. - aún me sentía mareada. —uff hey...que te sucede.

—Que quieres Luz.

—Hablar.

Tuve que acorralar la contra la pared pues nuevamente quería huir, no sé que le sucede pero ni siquiera me quiere ver.

¡Qué hice!

—Ams, mírame.

—Tengo asuntos que atender, alteza.

—Ams.

—Déjame ir. - pidió.

Parecía un pequeño conejo temblando por estar entre las garras de un zorro, mi mano derecha pasó por su mejilla con lentitud; caray, puedo sentir como mis latidos intentan sobre pasar mi pecho, Amity se sobresaltó un poco ante mí tacto he hice que me mirara a los ojos.

—¿Que te ocurre, Amy? - tenía muchos apodos para ella, la llamaría de miles de formas diferentes con tal de ver una y otra vez ese lindo rubor en sus mejillas. —¿Hice algo malo? - susurré cerca de ella, podía notar como se tranquilizaba, expulsaba feromonas haciéndome entender lo nerviosa que estaba.

—N-No, solo déjame ir. - sabía que odiaba sentirse débil. —Apártate. - sonaba más una orden que una sugerencia.

Dejé de acorralarla y me alejé unos centímetros, esta vez me miraba con el entrecejo fruncido, sus manos estaban en su espalda y sus labios se movían horizontalmente como si le molestara algo.