In the midst of the disaster

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Capítulo 32:

En la calurosa batalla en las distintas zonas del palacio, la situación para los rebeldes se consideraba un empate contra los soldados del imperio, sabían que la responsable por la destrucción del techo de una de las zonas lejanas a la oficina del emperador, era Amity Blight, aún con la preocupación de que podría necesitar apoyo, se enfocaban en sus contrincantes y magos que arremetian contra ellos. Mientras tanto Edric Blight, quien aparentaba una actitud serena al lanzar sus hechizos, parecía esperar algo o alguien, sus ojos no solo se fijaban en su hermana menor sino en las distintas partes destruidas de los pasillos, la destrucción podía notarse en cualquier parte donde se girara.

-No sé qué planeas... - levantó muros lo suficientemente altos para que ningún mago más que algún poseedor de magia de viento, pudiese entrar por arriba. -...pero créeme que no dejaré que alguien más se entrometa.

-¿Piensas que necesito apoyo? - las tuberías rotas hicieron brotar algo de agua entre los escombros y el polvo se mezcló entre esta formando pequeñas mazas de barro. -Me estas malinterpretando. - el barro se combinó con cientos de pedazos tirados por donde sea y chocaron contra el cuerpo de la Blight más joven.

Cortadas en su rostro, piernas, manos, por todo su cuerpo dañando su ropa, los trozos terminaron yendo más lejos de lo que estaban en un ataque desesperado de supervivencia, los ojos de Amity brillaron en un tenue morado y sus manos temblaron ante su creación, Edric miró boquiabierto ¿como pudo haberse vuelto más fuerte? Pero no desconfiaba de sus propias habilidades, esquivó hábilmente la enorme mano que intentaba volverlo prisionero, lo negativo de las cosas demasiado grandes es que son en definitiva, lentas. Amity controlaba los movimientos del enorme golem de piedra, era la primera vez que hacía uno tan gigante por lo que era difícil hacerlo más ágil, Edric corría en círculos tratando de marearla y así poder hacer caer a esa cosa, al no ver una respuesta positiva, se detuvo un instante, se puso de rodillas tocando el suelo y un pico de piedra cayó directamente en la cabeza del golem, pero al ser pequeño era totalmente inofensivo para el.

-No es necesario luchar Ed.

El chico bufó. -Típico de un omega. - chasqueo formando alrededor del golem cañones de roca sólida que lanzaron varias bolas de piedra. -Evitan los conflictos, ¿acaso se te acabará el maná, hermana? - por supuesto, todo tenía un límite.

Amity tomaría su primera botella de maná que Boscha le había brindado, solo le quedaban dos y sabía que la segunda la tomaría pronto, no era nada fácil mantener a un golem de tal altura después de todo.

-Si, no eres tan hábil después de todo.

Sus palmas golpearon el suelo y la tierra tembló tanto que Amity perdió el equilibrio cayendo entre varios trozos grandes del palacio destruido, el golem perdió fuerza y se fue desplomando lentamente hasta dejar de existir.

Edric se dirigió corriendo hacia la chica con la clara intención de golpearla; magia, espadas, puños, no importaba que medio usaban, era una lucha de vida o muerte donde sólo uno de los dos podía salir victorioso, y definitivamente Amity quería ganar. Atrancada por una de las rocas, ante la desesperación tomó su daga de la bota libre, el pie del príncipe aplastó su mano de un brinco dejando una parte menos del cuerpo de la ojiambar fuera de combate, Edric quería torturarla, ver sus expresiones de dolor y arrepentimiento, pero una parte de él sabía que no podía alargar más la situación, por lo que con su magia, creó una espada hecho en roca, no era perfecta pero tenía la punta ideal para atravesar a la joven.

A punto de traspasar su cuello, una botella redonda se quebró en su cabeza brotando una especie de espeso humo que lo empezó a asfixiar derepente, soltó la improvisada espada que cayó de punta rozando sin peligro el comienzo del cuello de Amity; con unos segundos de ventaja, se concentró para mover la roca que aprisionaba su pie y con un hábil movimiento lleno de impulso, pateo a Edric haciéndolo rodar, este seguía en busca de oxígeno, su rostro estaba rojo a punto de cambiar a otro color.

Fantasía de Amor - LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora