Hostile conversations

372 55 7
                                    

Capítulo 36:

En un gran espacio galáctico y estrellas fugaces pasando por su lado, la chica flotaba sin rumbo mientras su cuerpo cedía al peso y giraba en su propio eje, pronto, de a pocos abría sus ojos con cansancio y el mareo era lo de menos.

-Despiertas justo a la hora del té. - una figura desconocida, con ojos, nariz, boca he incluso cabello, con ropa llamativa y algo descubierta, las manos eran finas y su piel era pálida cual cadáver, su cabello era plateado al igual que las cejas y las pestañas, los ojos eran amatistas resplandecientes con iris similares a un universo.

-¿Quién eres? - preguntó desconcertada tratando de mantenerse en una sola posición.

-¿Acaso me has olvidado? - sonrió con sorna enmarcando una de sus cejas. Estaba encantada con tenerla frente a frente con un cuerpo físico, esculturado por ella misma. -Me presentaré debidamente ya que la señorita Andy no lo hizo como era. Mi nombre es Kiharawa, diosa y protectora de mundos.

-Tú...¿Eres Kiharawa? - habló perpleja. Siempre había creído que los dioses no tenían un cuerpo físico.

Al ver su alrededor con delicadeza, supo que había fallecido, tocó su pecho sin sentir alguna clase de pulso y bajó la mirada junto con un suspiro aceptando su final.

-Ahora que harás conmigo. - la diosa dejó su taza de té a un lado y observó a la chica interrogante. -Amity sobrevivió, ya no tiene caso que siga en el mundo de Diario de Tortura.

-En algo te equivocas. - con un movimiento de su mano, la mesa, la pequeña tetera de porcelana y las dos tazas, salieron volando hacia un lado y se acercó hacia la contraria. -Lucía, Amity murió.

La morena quedó pasmada, intentó decir algo, corregir, reprochar, pero su mandíbula simplemente empezó a temblar. Al ver como intentaba negarlo, la diosa cerró los ojos con tristeza y chasqueó los dedos y una pantalla mostrando imágenes exactas de lo ocurrido aparecieron.

-Tonta...

-Amity. - murmuró.

-Es extraño...

La morena se giró ante la voz de Kiharawa.

-Amity murió pero está vez se sintió diferente...fue un final muy diferente.

La diosa mostró una sonrisa llena de alivio como si eso fuera bueno.

-Gracias, Lucia, gracias a ti Amity Blight está vez murió sabiendo que alguien la amaba de la manera que ella tanto anhelaba, esta vez no falleció sola en aquel sólido y triste lugar.

-¿Te gustó ese final? - no sabía si reír o llorar.

Ambas habían muerto al mismo tiempo abrazadas en el calor del momento mientras varias flechas teemianaban con ellas.

-No era lo que esperaba pero fue el mejor intento de todos. - respondió con tranquilidad.

-Si, diviértete con tu final de mierda. - escupió con rabia y lamento. -La he perdido. - las lágrimas solo empezaron a salir. -Estoy muerta otra vez, ¿a que mundo infernal me enviarás ahora? ¿Que otro final no te a gustado oh Diosa de la interferencia? - habló con cólera, todo lo que había vivido en ese mundo se habia esfumado, ¿qué le quedaba ya? más que ese cuerpo astral con el que podía comunicarse con ese ente.

-Adiós. - sonrió la diosa moviendo sus dedos en forma de despedida.

Lucia gritó con todas sus fuerzas toda clase de maldiciones y blasfemias mientras era transportada nuevamente a un lugar que tal vez no conocía mientras lloraba la muerte de su querida protagonista.

-Lamento haberte hecho pasar por eso. - soltó una pequeña risa.

Chasqueo los dedos y de la nada cayó llena de terror por las alturas una muy asustada autora, empezó a flotar estando frente a la diosa, tenía el rostro enrojecido y el corazón hecho añicos.

-Mi querida Andy. - dio bienvenida a una destrozada chica.

Tenía unos lentes negros con toques de azul y verde, el cabello corto y despeinado, la ropa ancha y algo hajada, el rostro poco regordete y las mejillas rosadas.

-No la salvaste. - lloriqueo.

-Me lo prometiste. - arrodillada mirando sus manos que lentamente se humedecian con sus lágrimas, Andy hablaba con la voz quebrada y la venganza lejos de su ser. -Dijiste...que la protegerías. - trató saliva.

-No podía irrumpir en-

-¡Dijiste que la protegerías! ¡Me lo prometiste! - gritó con dolor, su pecho empezó a sentir punzadas y su estómago se sentía demasiado revuelto.

Kiharawa suspiró masajeando el puente de su nariz ¿es que acaso ambas le iban a reclamar por la muerte de sus queridos amores? Vaya lío.

-Ella estaba...Laurie merecía vivir. - bajó la mirada. Parecía un poco más tranquila.

-Déjame contarte un secreto. - se acercó a su oído susurrando algunas palabras alegraron a duras penas a la chica.

Dejó de estar de rodillas y se sentó estirando sus piernas, dobló su espalda como jorobado y simplemente se permitió buscar calma. Para la diosa, quien había visto mucho, esa clase de escenas le parecían patéticos; Laurie, la persona que Andy había encontrado vidas pasadas y de la que se había enamorado, no era más que polvo o dígitos en un mundo ficticio, ¿un autor podía enamorarse de su propia creación? Andy simplemente buscó el amor y ahora lo había perdido, la permitió ser por unos momentos, Kiharawa tenía una vida que devolverle, después de todo ella la había traído sin su consentimiento.

-Dime, humana. - levantó su cabeza con uno de sus dedos he hizo que la mirara a los ojos. -¿Quieres recordar todo lo que has vivido en aquel mundo?

¿Olvidar? Era una buena idea, Diario de Tortura y todo lo que pudo vivir veinticinco veces, era algo que definitivamente tenía que dejar atrás, borrón y cuenta nueva. Asintió con lentitud y la diosa la soltó con delicadeza.

-Tu cuerpo ha perecido en la realidad, tendrás una nueva identidad. - informó.

Andy aceptó, después de todo no le pareció que si vida principal había sido buena del todo.

-Entonces, buena suerte, siempre será mi autora favorita. - sonrió.

-¿Puedo escribir algo antes de que me envíes a mi mundo? - preguntó suplicante, parecía que aún habían ánimos en esos ojos marrones tan oscuros como la noche.

Y la diosa por supuesto aceptó, deseando con ansias leer por última veces una creación de Andy Guerrero.

-Genial. ¿Estas lista?

La chica asintió sintiendo el nerviosismo en su cuerpo.

-Suerte en tu otra vida.

Lo último que llegó a ver, fue una pacífica mirada de aquella diosa impertinente que la había secuestrado para cumplir su más grande capricho.

🍞

Heyyy espero se encuentren bien gente hermosa, muy bien gente, tal vez me linchen, pero aquí quedó esta historia, pronto estaré preparando el epílogo, saquen sus propias teorías hasta entonces. Si piensan que la quiero cortar de una vez, están equivocados, en realidad el final siempre lo idee así para que el epílogo pueda dar respuestas, no es que quiera quitarme la historia de encima.

Cuídense mucho gente hermosa, no olviden que en esta parte del mundo hay un pan que los adora y espera que cumplan sus metas por más pequeñas que sean, los quieroooo uwu.

Pan.

Fantasía de Amor - LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora