°Hunt you down eat you alive
Just like animals °
Después de 6 meses del funeral de Talia Hale, Scott McCall trata de honrar la promesa que le hizo a su mate y cuidar de su manada aun con el gran vacío que siente en su interior y como sus f...
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SCOTT MCCALL siempre había encontrado las estrellas bastante interesantes. No habían tenido el dinero para comprar un telescopio, pero eso no le había impedido de buscar constelaciones y figuras en ellas. Era como un juego, como buscar formas en las nubes y verles un significado distinto una y otra vez, tu veías algo con una forma, el otro veía una forma distinta, todo era cuestión de percepción.
Después de haber dejado flores en la tumba de Talia como lo hacían semanalmente, ahora Stiles y Scott se habían detenido cerca de la antigua casa de los Hale. El alfa sentado en el Jeep admirando las estrellas, buscándola a ella en las estrellas.
Stiles estaba a su lado, frente a él, un mapa de San Francisco, buscando potenciales dormitorios y apartamentos para su próximo año en la Universidad. Buscando los más cercanos a sus universidades y distintos costos, apegándose al plan para que todos se mantuvieron juntos y en contacto.
Pero Scott no le hacia caso, estaba viendo al cielo, las estrellas, Stiles que había dejado de hablar una vez se dio cuenta que su mejor amigo no le hacia caso, alzo la vista para verlo. Él sabía que en realidad las estrellas no era lo que estaba viendo. No en lo que ocupaba su mente. Se dio la vuelta para ver por donde habían venido, como hace unos minutos estuvieron frente a la tumba de Talia Hale, Stiles con un ramo de rosas amarillas y Scott un ramo de tulipanes.
— Ella tenía planeado en quedarse aquí en Beacon Hills.— Stiles vio el mapa antes de ver a su mejor amigo.
Scott sonrió un poco.
— Talia siempre fue bastante pueblerina pero creo que también estaría a bordo en cuanto a la visión—bajo la vista para ver el mapa—. Ella también querría que estuviéramos unidos.
El chico pálido jugó con sus dedos por unos momentos, viendo el rostro de su mejor amigo, la primera semana, el primer mes después de la muerte de Talia apenas lo había visto, lo llamaba constantemente pero Scott se había encerrado. Su madre llorando preocupada y afligida les decía que a veces no comía, que no salía ni a respirar aire fresco, no abría la puerta, lo escuchaba vomitar en las noches, sabiendo que su hijo se estaba deteriorando, sabiendo que la vida de su hijo se había reducido enormemente tras la muerte de Talia. Scott había perdido cualquier cuidado por su salud, y cuando Stiles tuvo suficiente y fue a su casa, jamás había visto a un hombre lobo tan demacrado, pálido, lleno de ojeras, con sudor en su frente y los ojos hinchados, y la mirada tan, tan vacía que le dio escalofríos.
Lo que decían los hombres lobo era verdad, una vez perdías a tu compañera, a tu mate, lo que quedaba era sin duda la cascara de un animal herido. Después de 5 semanas Stiles había logrado que Scott dejara su casa, solo para dar un paseo, en ese mismo momento una chica se les había acercado para pedirle el numero al alfa. Y Scott, que jamás en su vida había sido descortés con una desconocida, mucho menos una chica, fue grosero y arisco, se dio media vuelta y volvió a la especie de nido, de cueva que había hecho en su casa para protegerse del mundo exterior y las consecuencias que estaban sucediendo. Pero sobre todo de la realidad.
