ANIMALS /teen wolf #5

37: dinner and guts

SCOTT GOLPEÓ INCESANTEMENTE la puerta de los Stilinski, Lydia a su izquierda y Malia a su derecha, ya pensando en derribarla cuando Stiles abrió la puerta.

— ¿Ella esta bien?— preguntó preocupado por su novia mientras entraba a la casa. Hacía tan solo unos minutos Stiles lo había llamado para decirle que Talia había entrado en lo que el llamaba "un episodio". En la llamada Stiles no ahondo muy profundo y no dio muchas explicaciones, solo le había dicho que fuera a su casa a verlo con sus propios ojos. Lydia había venido a pesar de que Scott le dijo que no era necesario y que tenía que descansar después de su tiempo en Eichen house, trayendo a Malia con ella por si necesitaban refuerzos de fuerza sobrenatural.

— Lleva así desde las cuatro de la mañana. No se ha detenido y estoy muy seguro que esto cuenta como un brote psicótico— Stiles explicó mientras los guiaba a la cocina y comedor.

— Woah.

Fue lo único que pudo pronunciar Scott además de agrandar los ojos en sorpresa, toda la mesa del comedor estaba llena de distintos platos. Pudo reconocer carne asada, lasaña, distintas sopas y estofado, pastas con diferentes salsas, rizzotos, papas doradas, camarones fritos, distintas ensaladas, donas, jaleas, tiramisús, pudines y hasta tarta. Allí en la cocina amasando estaba Talia con el cabello tomado y un delantal puesto sobre su ropa de ayer,  parecía que se hubiera tomado unas cinco tazas de café y se veía todo excepto cansada.

— Hola chicaaa ¿Cómo estás?— Stiles trató de ser sutil con una sonrisa fingida, le susurró a Scott—. Te lo dije esta a dos postres de convertirse en loquita.

— Te escuché— Talia afirmo mientras empezaba a colocar la masa en un molde de tarta—. No puedes susurrar en una casa con una mujer lobo. 

— Talia, hiciste asado de pato a la naranja— Stiles le recordó—. Has estado en la cocina desde las tres de la mañana.

— ¿Tanto tiempo?— ella sonrió nerviosa tratando de disimularlo—. Verdaderamente el tiempo pasa volando...

— ¿Hiciste pato?— preguntó Malia interesada, su hermana asintió;

— Esta encima del horno.

Malia no dijo ni una sola palabras mientras rápidamente iba hacia donde la hibrida apuntaba haciendo que Lydia resoplara.

— Cocinas así cuando esta estresada.— Lydia le recordó y apunto a todo el banquete —. Y esto claramente es un grito de ayuda.

— No es para tanto...— la hibrida rodó los ojos.

— Mi amor...— Scott desvió la mirada a la mesa llena de pasteles, jaleas, guarniciones, puré de calabaza, costillas y ahora el pato que Malia se estaba comiendo. La hibrida suspiró derrotada y dejó la masa que estaba haciendo, golpeando sus mano contra la superficie harinosa.

— Bien. Lo admito tengo un problema.— ella admitió encogiéndose de hombros como si no fuera la  gran cosa—. Yo... tengo que estar distraída o... o si no...