°Hunt you down eat you alive
Just like animals °
Después de 6 meses del funeral de Talia Hale, Scott McCall trata de honrar la promesa que le hizo a su mate y cuidar de su manada aun con el gran vacío que siente en su interior y como sus f...
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SCOTT MCCALL había insistido en ir y Talia no podía estar más molesta. Aunque en realidad no sabía quien estaba mas irritado si ella o Stiles.
Esperando en la casa de los McCall, tendrían la excusa perfecta para que Theo pudiera oler el aroma del alfa. Mientras Stiles y Scott se preparaban para la llegada del quimera, el alfa informándole de lo que él era y que podía y no hacer, ella no pudo evitar curiosear y ver toda la casa. Se paseó por la cocina, la sala de estar, el baño y luego subió al primer piso, donde la primera habitación era amplia y de color amarillo, por los cuadros que habían y algunas ropas tiradas, era la habitación de Melissa McCall, había un baño, luego otra habitación que estaba vacía, parecía un cuarto de invitados y al final del pasillo había una ultima puerta.
La chica fue hasta la ultima habitación, se notaba que esta era la de Scott, habían un par de posters, una cama un poco desordenada, libros y cuadernos esparcido por todos lados y algunos vendajes con sangre. Dio una respiración profunda inhalando su aroma, no sabía porque ese aroma le causaba todo tipo de sensaciones en una amplia gama, la calmaba como también la excitaba a un nivel que la hacía suspirar.
Se acercó al escritorio, viendo los libros de matemáticas, y sobre todo los de biología, abrió cajones, encontrándose con algunos monedas, lápices y una caja de condones vacía y que se veía vieja. Luego fue hasta la cama, sentándose en esta y no pudo evitar tomar una de las almohadas y olerla, sintiendo vergüenza de si misma la dejó de donde estaba y vio la mesita de noche, había un reloj despertador y... tomo en sus manos una foto enmarcada de ella.
Debía ser del año pasado porque no había casi ninguna diferencia con como se veía ahora, a exepcion que la chica de la foto tenia el cabello rubio un poco mas corto y la piel mucho más bronceada, estaba sonriendo, traía un vestido amarillo y una chaqueta blanca.
El alfa apareció en la puerta con el aliento irregular, como si hubiera corrido desde el piso de abajo, de seguro no queriendo que la hibrida se escabullera entre sus cosas, la chica había dejado todos los cajones abiertos y a ella no le importó lo que pensara de ella. Sin vergüenza Talia alzo la foto.
— ¿Tienes una foto de mi?— ella alzo una ceja, tratando de no mostrar mucho interés.
— Si... solo una— él respondió sin mucha confianza mientras calmaba su respiración e iba hacia ella, la cual se encogió de hombros, queriendo mostrarse desinteresada, demostrarle que su presencia y su aroma no le afectaba, como si no la hubiera vuelto loca por semanas y semanas, obsesionada por sentir el olor.
— Bueno es lo menos que puedes hacer ya que al parecer morí por ti.
Desvió la mirada hacia el resto de la habitación a la vez que el chico se acercaba a ella con cuidado y se sentaba a su lado, y al ver que al menos ella no se alejo, sonrió internamente.
