°Hunt you down eat you alive
Just like animals °
Después de 6 meses del funeral de Talia Hale, Scott McCall trata de honrar la promesa que le hizo a su mate y cuidar de su manada aun con el gran vacío que siente en su interior y como sus f...
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TALIA DEJO LAS flores blancas en la tumba de Laura Hale, quedándose viendo por unos segundos los restos de su propia lapida hecha pedazos por ella misma hace unas semanas antes de desviar la mirada de nuevo a la tumba de su prima. Retrocedió quedando al lado del alfa, entrelazando su mano con la de él. Talia frunció el ceño, aun sin comprender.
— Explícame de nuevo como mi padre destrozo a mi prima literalmente en dos y yo aun así lo deje entrar en mi vida?
— Uhmm...— Scott se quedo así por unos segundos, tratando de encontrar las palabras correctas—. Él esta trastornado y creo que realmente solo tú puedes entenderlo de cierta manera, y aunque ahora no lo recuerdes, pasaron por lo mismo en el incendio, solo que él después lo tuvo peor. Tienes la capacidad de ver el bien incluso en alguien como él.
— ¿Lo ibas a matar? Por lo que me hizo?— ella vio ahora a su mate que ya tenía la boca abierta para responder pero ella siguió—. Y no estoy esperando un si, estoy esperando la verdad, no me va a afectar tu respuesta, no me vas a decepcionar si dices que no o si dices que si, solo quiero saber.
Scott se mordió la lengua, su mirada paso de Talia a la tumba que la chica había destruido. La tumba que visitó cada día los ultimos seis meses, la tumba en la que él deseaba con todas sus fuerzas ser el que estuviera enterrado o al menos estar enterrado con ella. Aún podía escuchar como el lazo entre mates se rompía, el sonoro crack que resonó como el ruido de la madera rompiéndose, el sentir de que le cercenaron el alma y todo lo que él era cuando el corazón de su mate dio su último latido, el verla sangrando por el pecho y la boca, perdiendo su color y cerrando los ojos por una ultima vez, su tacto volviéndose frio, todos los sentidos del alfa ahogándose en desesperación de ya no poder oír, ver, ni tocar su cuerpo tibio y lleno de vida. Y luego, luego cada fibra, cada célula de su cuerpo, alentándolo, rogándole que matara a Peter, que él había acabado con la vida de Talia, de su mate, su hibrida, la futura madre de sus hijos, su compañera de vida, cada instinto primitivo lo obligaba a matarlo. Y aún así a pesar de eso debía mantenerse fiel a la promesa de Talia y a sus propias morales.
— Quise hacerlo— la voz le salió más rasposa, pensar en ese horrible día lo hizo tener un nudo en la garganta—. Mi cuerpo, la parte que no es humana de mi y tal vez también esa, me decía que tenia que hacerlo, que debía matarlo. Por ti, por mi, por el futuro que nos había quitado. La sensación de querer matarlo sigue presente, nunca lo haría, sabia que estaba bien no matarlo, aun así al verme en el espejo me sentía un cobarde por no acabar con su vida.
Talia sonrió un poco de lado y se acercó mas al alfa, acuno las mejillas del chico en sus manos con cariño, viéndolo con ternura antes de inclinarse para besarlo con suavidad.
Se separó un poco para verlo, solo por unos segundos dándose el lujo de verlo a los ojos algo que por muchas semanas había evitado, aun que solo fue por un segundo antes de verle un lunar de la cara.
— Eres perfecto.— ella murmuro sin embargo poco duro el momento cuando escucho otro corazón latiendo, un aroma extraño le llego a las fosas nasales. En un solo movimiento dio un paso hacia delante y puso a Scott detrás de ella para ver la silueta de un hombre caminar con un bastón, se veía aún así bastante joven, no debía tener apenas una cana en el cabello, además traía gafas de sol en una noche helada y oscura como esta. Scott le puso una mano en el hombro a la hibrida para calmarla,
