Capítulo 3

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Raymond POV

Miro como mi hija se marcha en el auto, Cristian con una sonrisa estúpida que no me agrada para nada, sin embargo, a pesar de mi enojo y mi sexto sentido de padre que me dice que algo ha pasado entre mi hija y él tengo que controlarme, no puedo arruinar mi amistad con los Grey por el idiota de su hijo me acerco a él como el caballero que soy.

-Espero que no hayas lastimado a mi hija. No quiero hacer a un lado la profunda amistad que tengo con tus padres por ti. Siempre te he considerado alguien decente, no me hagas cambiar de pensar-

-Carla, nos vamos- Le informo a mi esposa. Me dirijo a los Grey para disculparme por mi comportamiento.

-Grace, Carrick. Siento lo que ha sucedido, pero nos vamos- Ambos me miran avergonzados, soy consciente que Cristian es un adulto y tiene que responsabilizarse.

-Ray no se vayan esperen a que regrese su chofer- Me nos pide Grace preocupada.

-Señor y señora Steele, por favor quédense yo me iré para no causar más problemas y si me lo permite yo mismo me disculparé con Anastasia. No debí tratarla de esa manera- Cristian se disculpa tras ver lo contrariados que están sus padres por su comportamiento.

-Madre, padre me retiro- Cristian se despide de sus padres, se sube a su auto y se marcha.

Nos quedamos a compartir un café con los demás mientras José regresaba de dejar a Ana. El tiempo pasa un poco incómodo, Mia y Kate ya no sonríen limitándose a irse al segundo piso, Ethan y Elliot se pusieron a jugar a los naipes, las mujeres conversan de sus asuntos y yo sólo tomo mi café mirando a nada en particular.

-Me alegra que Ana quiera encargarse de tu empresa, Ray- Comenta distraídamente Aemon.

-Espero que no cambie de parecer; es mi única hija –

-Tienes suerte que tu hija haya estudiado una carrera a fin a tu empresa. Los míos no quieren trabajar en la mía- Inquiere Kabanagh.

-Yo estoy satisfecho con los míos – También comenta Carrick.

Al regresar José regresamos a casa, me dirijo al segundo piso en busca de mi hija con Carla pisándome los talones, entro en su habitación, la encontramos dormida, sin embargo, cuando noto que un sollozo que sale de su boca, noto que ha estado llorando, provocando que mi enojo regresé. Sé que en su adolescencia Ana suspiraba por Cristian, tontamente pensé que eran caprichos de adolescente, pero me equivoqué, mi esposa como su madre debe saber que sucede.

- ¿Tú sabes que le sucede a Anastasia? – Pregunto a mi esposa mientras bajamos camino a la sala de estar.

-Cosas de chicas, Ray – Me dice quitándole importancia al asunto.

-No es asunto de chicas cuando tu hija llora por un chico – Le digo a mi esposa.

-Ray, Ana siempre huye cuando las cosas la superan. Tiene que aprender a tomar al toro por los cuernos. Yo hablaré con ella mañana y no la consientas-

- ¿Quieres que me haga a un lado? Carla, es mi hija. Debo de protegerla, hasta de ella misma-

-Ese es el problema, Ray- Se da la vuelta y me deja. Soy un buen padre, Ana es mi única hija. Me repito a mí mismo.

Por la mañana tomo el desayuno con mi esposa, Ana esta en su habitación, antes de que la mande a llamar ella baja muy bien vestida.

-Buenos días- Saluda muy feliz.

- ¿Saldrás hoy hija? - Pregunta mi esposa mientras analizo el comportamiento de mi hija, hay momentos que la veo como la mujer que es y otras la veo como si aun fuera mi niña, mi princesita.

Renaciendo de las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora