Demian.
No es que quiera ser distante, frío y cortante, en el fondo no soy un hielo, ni quiero serlo, por lo menos no con ella, solo que la única vez que me permití dar todo de mí, recibí menos de lo que esperé, y esta vez solo no quiero crearme expectativas altas con la persona equivocada nuevamente.
Llevo el trago a mi boca fijando mi atención en el ventanal de mi oficina.
Desde que la vi aquella noche en el departamento de Max no me la he podido sacar de la cabeza.
«Se clavó más maldita sea» es como una estaca que me perfora el corazón.
Es duro para mí tratar de ignorarla cuando lo único que quiero es devorarla y hacerla mía y volvernos uno cómo siempre lo hacíamos cada vez que estábamos juntos, pero el orgullo no me permite dar ese paso y terminar de derrumbar las barreras que me separan de ella.
Me esperó por más de un año aún pudiendo no hacerlo, pero lo hizo, y eso solo quiere decir que si, que me ama, que siempre sí me amó.
Todo este tiempo me mató de la ira el solo pensar que otro tocara su perfecto cuerpo, y aún recuerdo cuando la mañana me agarraba dándole puñetazos al saco de boxeo solo porque soñaba que ese maldito tipo al cual ella llamaba novio le hacía el amor.
Pero qué mal estaba, pues mientras yo no me limitaba en follar a cuántas mujeres se me atravesaba descargando así mi frustración, ella hizo todo lo contrario, me esperó y nadie más la tocó.
Respiro hondo vaciando el licor en mi garganta.
Me jode este maldito ahogo, esta puta desesperación y esta maldita necesidad que siento de buscarla, de poseerla y de hacerla mi mujer y recordarle así, que aún nos pertenecemos el uno al otro.
Mentí en todo lo que le dije y lo confieso, lo que dije fue para hacerle daño porque aún me duele su actitud de hace un año, cuando me pidió tiempo mientras en su dedo reposaba el anillo andrajoso y barato que ese maldito le colocó para proclamarla así como suya.
Y me jodió su forma de provocarme, la maldita se atrevió a besar a otro hombre frente a mí y aunque Max se cabreó conmigo por cómo reaccioné, pues es cierto, a fin de cuentas ese tipo no tenía la culpa de lo que pasaba entre Aleska y yo, pero eso no me impidió partirle el labio, mismos labios que se posaron sobre los de mi mujer.
«No pude evitar esa noche seguirla»
La seguí hasta afuera, me monté en mi carro y desde allí la vigilé hasta que se montó al taxi, después la seguí hasta que vi que el taxi aparcó en la entrada de su edificio, y me quedé ahí solo hasta que la vi perderse dentro de este.
-Señor ya está todo listo en la sala de juntas y están esperando por usted-Me avisa mi secretaria sacándome de mis pensamientos.
Me giro caminando hacia el escritorio y dejo el cristal vacío sobre la madera.
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2-TÚ ERES MÍA (+21)
RomanceLIBRO 2- TÚ ERES MÍA. ALMAS GEMELAS. (((CORRIGIENDO Y EDITANDO))) Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...