LIBRO 2- TÚ ERES MÍA.
ALMAS GEMELAS.
(((CORRIGIENDO Y EDITANDO)))
Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...
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Demian.
Salgo del baño con una toalla envolviéndo mi cintura mientras que con otra voy secando mis cabellos. Busco en el armario algo que ponerme y media hora después estoy tomando mi móvil y mis llaves para salir de la habitación del hotel.
Abordo mi carro y lo pongo en marcha, miro la hora en mi reloj de mano y son más de las 7 de la noche, Aleska aún no ha salido del trabajo.
Paso por una floristería y compro un ramo de rosas rojas y después voy por una caja de chocolate joder, tengo que hacer que está noche se le pase su cabreo y ya me deje volver al departamento con ella.
Aparco en la entrada de la editorial y salgo con ramo en mano y los chocolates a esperarla «Que vergüenza», las mujeres que pasan no dejan de sonreír, me siento ridículo, no me creo que esté haciendo esto.
Media hora más tarde sale ella acompañada de otra chica, ellas se despiden, y después Aleska se viene hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Y eso?-Mira con sorpresa lo que tengo en mis manos.
-Tuyo-Me acerco más a su cuerpo dejándole un beso en sus labios y se lo entrego.
-¿Eres el príncipe azul que me regala rosas y chocolates?-Huele las rosas.
-Soy el demonio que te regala rosas y chocolates para llevarte a su infierno, ¿Te gustaron mis regalos?
-Me encantaron-Me sonríe-Gracias.
La tomo de la cintura con una mano y con la otra agarro suavemente su barbilla y junto su boca a la mía en un beso fugaz.
-Quiero arreglar las cosas contigo para que ya no me odies más.
Coloca el ramo bajo su brazo y abre la caja para empezar a comer chocolate.
-Las rosas están muy lindas y el chocolate delicioso, y de verdad que aprecio lo que haces por mí, pero, ¿Qué haces aquí?. Te dije que no vinieras.
Joder ya no se que mierdas hacer para que cambie su puta actitud.
-Aleska ya deja de joder con lo mismo-Me molesto-Vine a verte y a arreglar las cosas contigo.
-Yo aún me siento molesta-Me mira con seriedad mordiendo un bombón.
-¿Aún me odias Aleska?-Me frustro-Yo no he hecho nada para que me odies como lo haces.
Se encoge de hombros.
-Te dije que no me ibas a entender, porque ni yo misma me entiendo. Te odio sin saber porqué, pero el hecho es que lo hago sin quererlo.
Respiro hondo buscando la puta paciencia que no tengo, así que la tomo de la barbilla y clavo mi mirada en la suya.
-¿Por qué me odias?. Debe haber una razón para que lo hagas.
