36-Centavito.

11.6K 674 119
                                    

Aleska

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aleska.

«Todo está bien»

Me repito una y otra vez cuando dejo el móvil aún lado, por décima vez lo llamo y me manda a operadora, fijo mi atención al techo molesta.

El ha cambiado, es otro, ya es un hombre de hogar amaestrado y domado, dejó de ser un animal para volverse gente.

Trato de creerme lo que pienso, pero mi mente es una maraña de veneno haciéndome recrear cosas que elevan mis celos a un nivel mucho más alto, si, no se sufre por lo que se ve, si no por lo que se imagina, y en estos momentos me lo imagino en otros brazos tocando otra piel que no es la mía.

Hoy es sábado y a Demian le tocó ir a la empresa, «supuestamente» ya son pasadas las 10 de la noche y aún no llega, y no sé nada de él porque no me contesta las llamadas.

Me voy a la cocina y me atiborro la boca con papitas cuando ya están fritas y chupando mis dedos tomo el móvil marcando su número y lo mismo.

Destilando veneno me voy a mi habitación cuando veo que el tiempo pasa y no llega, tomo su maleta para recogerle la poca ropa que tiene aquí, no ha dejado de pelearme por lo del trabajo, pero él sí puede hacer lo que se le dé en gana.

Soy su mujer y a mi me debe tener informada de cada paso que hace durante el día.

¿Quien se cree que soy?, me cela a más no poder, me usa a su antojo y voluntad, de día de noche, me tiene cansada que me use para descargarse con mi cuerpo como un maldito demente sexual, porque cada madrugada es lo mismo, sus gruñidos pegados a mi oido y sus embestidas son los incitadores a qué poco duerma. Su necesidad sexual se ha intensificado los últimos días, me usa como quiere y cuando quiere y todavía se cree con el tupé de tenerme al margen de lo que hace durante el día.

Estoy sacando la ropa del closet cuando escucho que tocan la puerta del departamento, dejo lo que hacía a medias y me voy a abrir la puerta encontrandomelo con unas bolsas en sus manos.

Lo miro mal y después le doy la espalda, camino nuevamente a mi habitación cerrando de un portazo al entrar, abre la puerta y ambos nos miramos, él con fastidio y yo molesta, termina de entrar dejando las bolsas en la mesa de noche.

-¿Qué haces?-Mira lo que hago cruzando sus brazos.

-Recogiendo tu ropa, ¿No ves?-Tiro ropa en la maleta.

-¿Por qué?-Hace un gesto de confusión-¿Ahora que mierdas pasa?

-Cómo que, ¿Qué pasa?, Piensas que estás en la casa del pueblo y que puedes llegar aquí a la hora que te dé la gana-Le reclamo.

-¡Ay que mierdas!-Se frota su cara con fastidio-Ya vas a empezar con tú drama-Me mira mal-Deja de joder, que no estaba con ninguna mujer.

-¿Y por qué llegas a está hora?-Coloco mis manos en mis caderas-¿Si viste la hora?

2-TÚ ERES MÍA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora