64-Una palabra.

10.2K 731 151
                                    

Aleska

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aleska.

La noche cayó en la ciudad y con mis ojos llorosos miro hacia el balcón de mi habitación. No sé qué hora es, ni cuanto llevo así. El silencio me envuelve y la estancia es alumbrada por la luz de la luna que se cuela a través del cristal de la puerta corrediza.

La pena no me deja conciliar el sueño y cuando logro dormir detesto abrir los ojos y sentir que aún respiro, que aún siento ese dolor que se clava en mi corazón.

Llevo una mano a mi vientre y apretándolo lloro en silencio, cierro mis ojos. No quiero vivir en esta agonía dolorosa.

Demian está a mi lado abrazándome mientras duerme profundamente a causa del cansancio que le he generado todos estos días, casi no duerme y poco a ido a la empresa, ya que toda su atención está en solo cuidar de mí.

Me levanto de la cama con sumo cuidado y su sueño es tan profundo que ni se percata que me levanté.

Con pasos sigilosos salgo de la habitación en total silencio yéndome hacia el balcón del departamento, abro las puertas corredizas y un pequeño pitido suena.

El viento me recibe golpeando mi cara y moviendo mis cabellos. El frío es tan intenso que se siente hasta en los huesos, camino hasta el barandal y cierro mis ojos cuando apoyo mis manos en la barra dejando que la fría brisa acaricie mi piel.

Bajo mi mirada, y veo lo alto del departamento y lo lejos que se ve todo desde mi punto de vista. Los carros se ven tan pequeños y las personas que transitan por las calles parecen hormigas.

Los días pasan y aún lloro a Dylan como el primer día que se fue. El dolor no disminuye, sigue igual, no se quiere ir.

Demian ha sido un apoyo incondicional, pero a pesar de tenerlo a mi lado dándome consuelo y ánimos, siento que hay algo más fuerte dentro de mí que me arrastra poco a poco.

«Mis ojos se cierran y aun así, no logró contener las lágrimas que corren por mi rostro mientras me aferro fuerte del barandal...»

Me siento en un hoyo infinito, profundo y sin fin de la cual no sé cómo salir, ¿Cómo se aprende a vivir con el dolor?, ¿Hay acaso un manual que nos enseñe a hacerlo?, Porque si la muerte es lo único seguro que hay en la vida, ¿Por qué duele tanto cuando llega?.

Cada día el dolor se intensifica cuando sientes que poco a poco vas olvidando pequeños detalles de ese ser querido que se fue, porque el llanto de mi hijo poco a poco se me ha ido borrando de mi mente, y me duele, porque no quiero hacerlo, pero al mismo tiempo no sé cómo evitarlo.

2-TÚ ERES MÍA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora