LIBRO 2- TÚ ERES MÍA.
ALMAS GEMELAS.
(((CORRIGIENDO Y EDITANDO)))
Se habían separado y aun así estaban unidos por el hilo del recuerdo. Más de un año distanciados y sus corazones seguían unidos, cada uno solo añoraba la presencia del otro, sus ojos...
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Demian.
Aleska está cabreada conmigo y no ha querido hablarme en toda la tarde, me ha estado ignorando, pero a pesar de su rabieta, me da satisfacción que mañana el maldito de su jefe la vea y sepa que faltó hoy porque se quedó follando conmigo.
Si, los rosetones son más que notorios y puedo asegurar que pasarán días para que se le desvanezcan de su cuello, pero, ¿Me arrepiento?, No, cómo el animal que soy estoy marcando a la mujer que me pertenece.
-Ya nena, perdóname-La abrazo acorralándola del mesón de la cocina con mi cuerpo-No me gusta que estés molesta conmigo.
-No-Tiene sus brazos cruzados en su pecho-¿Cómo mierdas me marcas así?. Nada de lo que me he hecho me ha disminuido los rosetones-Se queja.
-Tú tienes la culpa de todo-Escondo mi cara en su cuello-Por tener una piel tan apetecible y deliciosa.
Me empuja.
-¿Me perdonas?-Coloco mi cara frente a la suya.
-No-Me mira mal.
-Si perdóname, anda.
Niega con la cabeza.
-Además, te ibas a ir dejándome sola.
-Sabes bien que era solo cuestión de días para que volviera.
-De igual manera no había necesidad que te fueras solo porque peleamos y no te perdono por eso.
-Aleska estás cómo intensa-Me quejo-Deja de joder.
Es verdad, si me iba a ir, pero conociéndome cómo lo hago capaz ni hubiese llegado al aeropuerto.
-Perdóname-Dejo un beso en sus labios y otro y otro sin dejar de mirarla.
-No.
La alzo de la cintura sentándola en el mesón, le tomo la cara entre mis manos y paso mi lengua por todo su rostro.
-Demian, deja-Me empuja riendo-Pareces un perro.
-No soy un perro, pero si tu león depredador-Bromeo.
-¿Eres mi león depredador?-Cuestiona sonriente.
Asiento devolviéndole la sonrisa.
-Los leones son animales territoriales que cuidan y defienden mucho a sus leonas, tal y como yo lo hago contigo.
Sonríe y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura.
-Dices ser un león, pero los leones no son tan intensos como tú.
-Un león solo se doblega ante su hembra tal y como yo lo hago ante ti.
Rozo nuestras bocas.
-Perdóname, anda-Dejo besos en la comisura de sus labios-No tengo tranquilidad sabiendo que estás molesta conmigo.
