Serendipia

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Siendo sábado por la noche uno podría imaginar cientos de posibilidades donde pasar un buen rato, tomar algo con amigos, cenar con una persona especial, caminar por el parque, y muchas otras cosas. Pero eso era algo que a Jimin no le interesaba. Entró al bar al cual había ido algunas veces, el pueblo contiguo siempre le daba nuevas oportunidades. Miró a su alrededor como cualquier depredador en busca de su nueva presa, y claramente se agazapó y salió de cacería, claro que no llevaba más armas que su belleza natural y su imponente presencia. Se sentó en una banqueta junto a la barra, pidió algo fuerte para tomar y siguió recorriendo el lugar.
Y allí la vio, joven, hermosa, y tan dispuesta, pensó. Estaba a punto de ponerse de pie para apuntar hacia su nueva víctima cuando ella sin pensarlo sonrió coqueta y caminó hasta él.
Fácil, pensó y sonrió cuando la tuvo a su lado.

-Hola- saludó tímidamente

Jimin lanzó una sonrisa ladina y haciendo uso de toda su sensualidad respondió.
-Hola bonita-

La chica tembló visiblemente y Jimin ya se imaginaba a donde terminaría la noche.

-Soy Haneul- dijo acercándose al oído del otro ya que la música estaba fuerte.

-Jimin- espetó y arqueo una ceja ante el sonrojo ajeno.

-Lo sé, sé quién eres, te he visto y he preguntado por ti-

-Oh, ¿debería preocuparme?, es decir ¿eres de esas locas acosadoras que se obsesionan con alguien?- indagó divertido.

La chica volvió a sonreír y sus mejillas estaban aún más rojas.
-Tranquilo no voy a secuestrarte y a abusar de ti- soltó intentando sonar divertida

-Bueno, te dejaría abusar de mi- y las palabras fueron acompañadas por un jadeo en el oído de la chica.

-Podría hacerlo- susurró ella esta vez en el oido del otro.

Tomó el mentón de ella y sin decir más le dio un cálido beso, intentando demostrar a donde quería llegar.
-Vamonos de aqui- dijo mientras se ponía de pie y la tomaba por la cintura.

Haneul no respondió y solo se dejó llevar abrumada e hipnotizada como bichito frente a la luz.

Caminaron dos pasos cuando Jimin sintió un fuerte agarre sobre su brazo, se giró molesto para ver quién lo estaba intentando detener. Arqueo una ceja cuando vio quien era.
-¿Qué quieres?- preguntó seco

-¿Ya te vas?- indagó el otro.

-¿Tu qué crees?- soltó mientras veía a la chica que llevaba su mirada de uno al otro.

-No lo hagas, no te vayas- susurró haciendo que Jimin se tensara.

-¿Por qué?- cuestionó más serio que antes.

-Quisiera que te quedes conmigo- fue lo que dijo y Jimin sintió su corazón bombear más rápido

-A ver si entiendo bien, echar un polvo en un hotel con una hermosa chica o sentarme a discutir contigo por cada cosa que debamos resolver, mmm, que decisión difícil ¿no?- dijo con sarcasmo puro.

-Podriamos solo hablar sin discutir-

-¿A caso pensaste lo que te dije la última vez? ¿A caso decidiste ser mi pasivo?- indagó con sorna.

Yoongi rodó los ojos, pero el brillo en estos le hacían ver a Jimin que realmente lo había pensado y que seguramente tenía una lucha interna con él mismo. Lo sabía porque era lo que también estaba sintiendo.
-¿Puedes pensar en otra cosa que no sea sexo?- preguntó algo cabreado

-Fui claro Min, solo me interesa cogerte y seguir mi vida, es eso o nada-

Yoongi se mordió el labio inferior, estaba molesto, enojado, cabreado furioso, desesperado. Jimin provocaba en él los peores sentimientos pero no podía evitar tener la necesidad de besarlo hasta quitarle la última gota de aire de los pulmones, y después sin dejarlo pensar lo empotraría contra la pared y no lo dejaría en paz hasta saciar hasta el último de sus deseos.
Si así se sentía y ya no sabía cómo actuar ante la actitud de mierda que Jimin le demostraba todo el tiempo.
-Nada entonces-

-Genial- exclamó y volvió a tomar la cintura de la chica que había sido testigo de aquella pequeña pelea.


Salieron del lugar y se subieron a su auto. A simple vista se notaban los nervios de la chica pero a Jimin poco le importó y siguió camino hasta llegar a un hotel.
Pidió una habitación y subió con ella en el ascensor.
Se besaron apasionadamente y cuando Jimin comenzó a quitarle lentamente la ropa la chica lo detuvo con las palabras que jamás creyó que escucharía en una noche de "cacería"

-Es mi primera vez-

Y todo el apetito sexual que Jimin quería descargar en ese momento se detuvo automáticamente.
No podía, no había forma de que lo hiciera, jamás le robaría la inocencia a nadie. Él no era hombre de primeras veces, y no lo sería ahora.
-¡Carajos!- exclamó cuando se alejó de la chica y la vio tan sumisa y tan temblorosa

-Pero en serio quiero que seas tu- la voz frágil de Haneul lo hizo sentirse miserable.

¿Cómo iba a aprovecharse de una chica inexperta? Sabía que si comenzaba algo esa noche ella exigiría amor, compromiso y claro él no estaba para eso, jamás lo estaría o al menos no con ella.
-No, no, no, claro que no- exclamó Jimin alejándose más de la joven frente a él

Sus ojos se cristalizaron inmediatamente y Jimin por primera vez sintió culpa.

-Oye- dijo tomando sus manos y llevándola hasta la cama para sentarse junto a ella -No es nada en contra tuya, ¿entiendes?, es solo que yo no podría hacerte eso, yo solo tendría sexo contigo y luego nunca más volvería a verte, así funciono y eso no sería justo para ti- habló lento y suave, bastante torpe ya que jamás lo había hecho antes

-Quizás... si lo intentaras- dijo en un hilo de voz.

Jimin sonrió ante la inocencia de la joven.
-No puedo, y no soy capaz de jugar con tus sentimientos- soltó decidido

-Pero podrías enamorarte de mi- aseguró con ojos brillantes

-No va a pasar Haneul, yo no soy un hombre de enamorarse y tu te mereces amor de verdad-

-¿Por qué? ¿ Por qué lo merecería? No es gran cosa, es solo estar con alguien sin experiencia y podría aprender contigo- exclamó mientras mordía su labio inferior.

-Ey, la primera vez, es importante y no deberías tomarlo a la ligera, deberías buscar a alguien que te ame y a quien tu ames, debes hacer el amor con esa persona, en un momento dulce y delicado, en un hermoso lugar digno de ti, no en un hotel barato y con un hombre que solo piensa en salir corriendo cuando termina de coger- explicó para que ella al fin lo entendiera.

Haneul sonrió tiernamente y entendió que no debía insistir.
-Lo siento debí decirlo antes de salir del bar y arruinar tu noche-

Ahora fue Jimin quien sonrió se recostó sobre la cama y Haneul hizo lo mismo, los dos mirando el techo, y luego mirándose a los ojos, al cabo de unos segundos ambos comenzaron a reír, primero suave hasta lanzar carcajadas contagiandose uno al otro.

-Podríamos ser amigos- dijo la chica mirándolo esperanzada.

-Podríamos- repitió Jimin y volvieron a reír.

Luego de un buen rato y de haber hablado de muchas cosas decidieron que era hora de volver. Jimin la llevó hasta su casa que para su sorpresa no estaba tan lejos de su departamento y prometieron volver a verse.
Por primera vez en mucho tiempo, Jimin sintió calidez en su corazón, sintió que había hecho algo bien y se sentía bien
Serendipia, se dijo a sí mismo, Haneul es mi serendipia, buscaba sexo para olvidar y terminé encontrando una buena amiga.
Y sonrió porque se sentía bien.

Al llegar a su departamento, donde había decidido pasar la noche ya que no quería volver al rancho Park se encontró en la entrada a quien no creyó encontrar.
-¿Qué haces aquí?- indagó mirándolo con intensidad

-Te esperaba- soltó el chico quien se puso de pie frente a él. Ambos sonrieron y se enredaron en un beso pasional.

-Vamos- dijo con excitación en su voz.

El otro sonrió emocionado y caminó junto a él para llegar al departamento.

Decir que pasaron la noche juntos y se devoraron a besos es decir poco, después de todo Jimin necesitaba sexo, del bueno, del que EunWoo sabía darle.

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