Donde manda el corazón.

Emociones a flor de piel

-¡Oh si si! Agh, así si, tan bueno, ¡ahh! Más quiero más...-

-¡Dime lo que quieres amor! Dimelo-

Arañaba el mármol en donde estaba apoyado, mientras las embestidas eran cada vez más intensas.
Miraba a través del gran espejo empañado la lujuria en los ojos ajenos. Y no podía negar que su excitación lo tenía al borde de un precipicio.

Faltaban algunos minutos para la ceremonia, pero poco podía importarles en ese momento lo que pasaba afuera.
Cuando al fin ambos alcanzaron el placentero orgasmo, no pudieron evitar reír alocados como cómplices por lo que acababan de hacer.

-¡Estás loco!- gimió en la espalda ajena, ya que apenas se estaba recuperando y todavía no había dejado de penetrarlo.

-Claro, y a ti te encanta- soltó risueño haciendo al otro suspirar.

Acomodaron sus ropas, las que debían verse perfectas ya que estaban a punto de participar en una boda.

Jimin acomodó la corbata de su novio, mientras dejaba tiernos besos en sus labios.
Yoongi acariciaba su cintura y sonreía embelesado por la atención de su amada pareja.

Salieron de allí viendo como la gente del servicio iba y venía terminando de acomodar cada cosa a su paso y preparándose para comenzar.

Los últimos invitados ocuparon los lugares asignados y tanto Jimin como Yoongi se acomodaron en el lugar que les correspondía, luego de darse un último y dulce beso.

Jimin llegó al altar y se acomodó entre sus dos hermanos. Seokjin junto al novio y Tae siendo el último de la fila.

Al fin el día tan esperado por el señor Park y la señora Min había llegado, el lugar era perfecto y cada uno de sus hijos se habían ocupado de cada detalle de la boda.

Los Park estaban en sus lugares por supuesto esperando a la hermosa novia.

Chaerin caminó por la alfombra roja del brazo de sus hijos, yendo Yoongi a la derecha, Namjoon a la izquierda y Jungkook detrás de los otros tres.

Los ojos enamorados y emocionados de la novia daban el marco romántico que toda boda necesita. Los nervios y el embelesamiento del novio hacían el resto.

Luego de una amena ceremonia la feliz pareja junto a sus invitados llegaron al gran salón de los viñedos Park donde se realizaría la fiesta.
Seokjin con Chaerin habían decorado el lugar junto a un séquito de ayudantes quienes corrían bajo las órdenes de los otros dos. Sin dudas Seokjin adoraba a su suegra-madrastra como solía decirle y Chaerin amaba su forma de ser y como este amaba a su adorado hijo. Así que trabajar juntos no había sido nada difícil para ambos.

Orgullosos entraron al salón donde los novios bailaron el vals, primero ellos dos, como manda la tradición, luego con sus adorados hijos e intercambiandose entre el novio y la novia.
Fue un momento emotivo y muy significativo para la, ahora, gran familia que todos formaban. Y Chaerin no podía negar que le encantaba ser la única mujer entre todos esos hombres que la amaban, la respetaban y la cuidaban.
Sin dudas los días tristes que había vivido cuando llegó con sus tres pequeños a aquel campo alejado de todo, habían quedado atrás y ahora se había ganado una gran y amorosa familia.

Bogun por su parte no podía ser más feliz y aunque, aquella mañana había ido hasta el árbol donde debajo descansaban los restos de la mujer más importante de su vida y había llorado porque nunca dejaría de amarla, le prometió y le juró que ahora su vida estaba completa y que podía realmente sentirse un hombre en paz.

Taehyung sonreía mientras bailaba muy feliz junto a su amado Kookie, quien no paraba de decirle lo hermoso que era y las ganas locas que tenía de arrancarle ese traje que tan bien le sentaba.