La feria de las vanidades

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Desde muy temprano, cada trabajador llevaba el ritmo demandante del hombre a cargo, acomodando todo a su paso y haciendo que el lugar se viera realmente encantador, ese era su toque, lo que sabía hacer y le encantaba llevar el ritmo.

-Pongan eso ahí- demandó mientras señalaba con su dedo índice.

-Está quedando todo muy bien- escuchó y volteó a ver a su hermano.

-Al fin llegas, creí que no saldrías de la cama- comentó ladino.

-No jodas, dime ¿necesitas mi ayuda?- preguntó mientras acomodaba algunas botellas con las etiquetas hacia el frente.

-Si te digo lo que necesito seguro me mandarás al diablo- soltó con una risita divertida

Arqueo una ceja y lo miró.

-¿Qué?-

-Cuentame-

-No sé de qué hablas-

-De las marcas en tu cuello, nunca dejas que nadie te marque, dime que pasó esta vez-

Llevó una de sus manos a su cuello como queriendo cubrirse, aunque poco le importaba la indiscreción de su hermano mayor.
-No tengo nada que contarte- replicó y se movió para seguir acomodando todo.

-Vamos Jimin, sé que eres muy reservado cuando estás con alguien y que ahora tengas marcas es muy raro, dime, ¿con quién estuviste? ¿Lo conozco?

-No te importa Jin, no voy a hablar de eso-

-Está bien, pero estoy seguro de que es alguien importante, sino no hubieses dejado que te hiciera eso-

Estaba por responder que dejara de molestarlo cuando sintió una intensa mirada sobre él, levantó su vista y el hombre más sexy y sonriente que podía conocer estaba frente a él.

-Hola- saludó con su voz más grave de lo normal.

-Hola saludaron los Park-

Jimin se sonrojó al verlo y sintió su cuerpo tensarse ante su presencia pero claramente se quedó en su lugar sin demostrar nada.

Jin miró a su cuñado y sonrió antes de hablar.
-Veo que a ti también te fue bien anoche- soltó divertido viendo las mejillas enrojecidas del mayor de los Min.

-No sé a que te refieres-

-Que raro, Jimin y tu no saben a lo que me refiero cuando hablo- dijo con sarcasmo puro.

-¿No tienes nada que hacer?- indagó Jimin algo enojado.

-Si, pero me gusta más molestarte hermanito- respondió sonriente mientras se alejaba de allí.

Yoongi se acercó lentamente, con una mirada intensa que parecía desvestir al otro.

-¿Por qué me miras así?- preguntó casi en un jadeo al notar lo cerca que estaban uno del otro.

-¿Qué pasa si te beso?- indagó sonriente, parecía que su sonrisa no quisiera abandonar su rostro al ver al precioso hombre que se ponía aún más tenso por su pregunta.

-No te atrevas- soltó serio, pero aún sonrojado

-Ah Park, que pena, pero si me atrevo- respondió y tomó ambas mejillas para propinarle un tierno pero apasionado beso en los labios.

-Sueltame- dijo en un susurro aunque en realidad no quería que lo hiciera.

-¿Qué harás si no lo hago?- balbuceo en sus labios.

-Puedo golpearte- espetó arqueando una ceja.

-No lo harías- exclamó sin soltarlo.

-Pruebame-

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