27; pesadillas.

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maratón 1/4
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Todo el mundo cae, muere y renace.

Era en cierto punto inhumano el dolor y la impotencia que sentía Namjoon cuando consolaba por millonésima vez a Jisoo después de la tremenda metida de pata que hicieron ambos en el intento fallido de que la familia Kim recapacitara y tan solo como mínimo la apoyaran en su decisión. Sin embargo, eso nunca pasó, el río de lágrimas de Jisoo lo dejaba tan en claro que era imposible hacer que la cascada de sus ojos avellanos quedara en sequía. ¿Por qué tenía que ser tan injusta la vida? La garganta le ardía de tantas veces que lloró pidiéndole a las estrellas que su mala racha terminara algún día, su mirada se nublaba y cada vez se perdía más a sí misma en un pequeño laberinto que era tan grande como sus ganas de terminar con su vida, porque al final del día, creía que sólo así su tristeza abrumadora terminaría. Mientras tanto, Namjoon hacía lo posible para que Jisoo calmara sus lágrimas, con pequeñas acciones que decían más que mil palabras que ahora Jisoo necesitaba, y por más reconfortante que era el calor de su mejor amigo, sabía que no necesitaba más que las caricias suaves de Namjoon diciendo entre susurros que pronto la pesadilla acabaría. Que un día se cumpliría los mil años y los planetas se alinearían para por fin devolverle la felicidad perdida entre el océano de lágrimas caídas.

Al salir de la casa de los Kim, el dúo totalmente derrotado y deshidratado de tanto llanto, decidió con orgullo hacer valer menos la opinión de los padres de Jisoo, criticando la mentalidad e ideologías pasadas entre risas amargas mientras caminaban a la par del otro. Jisoo no necesitaba de sus padres, Namjoon apoyaba la idea siempre y cuando no se fuera a los extremos. Así que decididos, terminaron sentados en la banca de algún parque cercano a la casa de los padres de la menor, porque ambos sabían que después de que las aguas calmaran, Jisoo sería llamada para volver a casa y hacer como si nada pasara. Algo triste de pensar, pero una costumbre que Jisoo tenía desde hace un año y medio de intentar hacer entrar en razón a sus padres de que en ella no había nada malo a excepción de las terribles ganar de morir que llevaba atoradas entre las entrañas.

- Bueno, al menos lo intentamos ¿no?- comentó la menor con una sonrisa amarga mientras miraba decepcionada la acera en la que sus pies descansaban. Namjoon se giró para mirarla, copiándole la sonrisa mientras bufaba.

- Lo intentamos..., aunque no sé por qué sigo tan decepcionado, sabía que tus padres seguían con esos pensamientos tan retrógradas- respondió encogiéndose de hombro y ladeando la cabeza, sin despegarle la mirada al perfil de Jisoo que se asomaba con ayuda de la brisa primaveral entre sus mechas castañas.

- Estamos igual... Tal vez, no sé, simplemente confiaba en que esta vez todo sería diferente. En que tal vez mis esperanzas hayan sido oídas por todos los dioses y finalmente toda esta mierda se acabara...

Reprochó con mala gana, estaba exhausta de correr a la meta que cada vez que avanzaba con firmeza esta parecía más lejana. De cierta manera, Namjoon sentía esa misma frustración a pesar de que eran distintos contextos donde ambos se sentía impotentes de confesar algo arriesgándose en perderlo todo en el intento.

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Poco a poco el día de despedirse se acercaba, finalmente, lo que parecería el fin de una tortura para el Jimin de hace unas semanas ahora era el inicio de otra por tener que volverse a acostumbrar a ya no ver a Yoongi o Holly andar de un lado a otro por la casa, haciendo ruido y desastre por el hogar. No iba a mentir en lo absoluto, extrañaría aquellos viejos tiempos en los que simplemente aunque no hablasen se tenían como una compañía constante. Y era algo doloroso que a tan solo unos días esa presencia singular con la que contaba Yoongi se iría del hogar. Por suerte, podría despedirse de una buena manera de Yoongi y agradecerle por los buenos momentos que le ha hecho pasar en las últimas semanas, y por la gran ayuda emocional y mental que le ha dado para reflexionar que ya no es cualquier niñato y necesitaba urgentemente madurar para dejarse de berrinches absurdos como los del principio.

I want you - JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora