20; amigos.

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Dolido. Así se sentía Jimin, ¿razón? ¿explicación? ¿causa? No se sabe, pero aquel mal sabor de boca nadie se lo quitaría después de descubrir como Yoongi le mintió en toda la cara, y sería un dramático reclamar el por qué de verle la cara de tonto y disfrazar la verdad con tales cosas. Pero dolió de cierta manera. Y sólo pudo concluir que Yoongi aún no confiaba en él, qué tonto de su parte, pues ingenuamente creyó que si era un poco más amigable y no verse un acosador, Yoongi le otorgaría un poco más de confianza.

Pobre de él, no conoce ni la mitad de lo que es en realidad Min Yoongi.

El chico lindo no es más que un misterio sin resolver, un hombre con cuerpo de joven de dieciocho, pero con la mentalidad y comportamiento de un adolescente de trece años. Con la bipolaridad más grande de el mundo, teniendo una dualidad que descubres solo cuando pasas meses a su lado. Yoongi puede aparentar ser el ser más frágil, tierno, ingenuo, puro, amigable, solidario y tímido; pero tan sólo le digas o hagas algo que no es de su agrado, se convierte en un rencoroso, y la primera oportunidad que vea te humillara haciéndose la víctima de tu asqueroso actuar con un ser tan puro como lo aparenta. Bueno, un pequeño defecto que nadie notaría ¿no?

Un suspiro salió de sus labios voluminosos, aún con el dolor de aquella punzada en el pecho tras ver a Jungkook a un costado de Yoongi, viéndolos tan sonrientes antes de que notaran su persona. Era obvio lo cercanos que eran, desde aquel encuentro donde se conocieron. Jungkook dejó muy en claro lo tanto que amaba a Yoongi, aquellos ojos brillosos que desbordaban una felicidad tan más pura. Y compararse con el mayor fue inevitable.

¿Qué tiene Jungkook que Jimin no tenga? Es verdad, el cariño de Yoongi. Y tan sólo esa respuesta llegó a la cabeza del chiquillo dolió aún más el pecho. ¿Por qué? No lo sabe.

Cerró la puerta antes de ver siquiera si el mayor se había ido, el ambiente seguía tenso e insoportable. Pero Jimin no lo notaba, estaba más perdido en sus pensamientos que andar de observador en cómo se sentía Yoongi, mismo que estaba enfrente de él, estático, pareciendo que ni respiraba. Quieto cual estatua.

– Lo siento.

Jimin salió de su trance, abriendo sus ojos volviendo a colocar los pies en la tierra, su mirada bajó por toda la silueta de Yoongi. Mirando de abajo hacia arriba, lentamente su mirada vagó por aquellas delgadas piernas, subiendo hasta su espalda pata terminar en aquella melena sedosa color azabache.

– ¿Disculpa? – pronunció en respuesta Jimin, notando como los hombros de el más alto se alzaron y bajaron al compás de un suspiro que logró escuchar a pesar de la distancia moderada entre ellos.

Yoongi se dignó a mirarle a la cara, sería muy cobarde de su parte disculparse sin mirarlo a los ojos ¿no? Él no era cobarde, de lo contrario enfrentaba sus problemas con la cabeza en alto. Y aunque al principio dudaba, él se mantendría al margen de todo. Así era, y siempre lo sería.

– Lo siento. – repitió sin titubear, mirando a Jimin directamente a los ojos. Extrañamente esperando una respuesta del menor, pero a juzgar de su silencio tal vez la contestación no llegaría.

– ¿Por qué?– torpemente salió de su boca, no sintiéndose en sus cinco sentidos, pareciendo estar más perdido aquí que allá. Yoongi sólo soltó un bufido, reprimiendo una risa sin gracia al ver lo tan ido que estaba Jimin.

– Por mentirte. Te mentí al decirte que saldría con Jisoo cuando no fue así, lo siento.

Y como si un piano le cayera en la espalda, Jimin suspiró pesado, sintiendo gran culpa cuando no debería. Pero al ver que la relación que llevaba con Yoongi no era la que estaba deseando llevar desde hace unas semanas, lo frustraba. Y todo esto era un desperdicio de tiempo, Yoongi no debería de disculparse de esta manera con él, no tenía caso, era ilógico.

I want you - JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora