I want you - JimSu

08; chico.

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-¿Vas con Jungkook?- paró su andar en seco y asintió sin girarse a ver quien le llamaba, conocía esa voz a la perfección, no necesitaba ver quién era.

Tomó las llaves de la casa y mientras introducía la llave en la cerradura, la cercanía de aquel cuerpo contra el suyo se hizo más fuerte. Yoongi una vez abrió la puerta salió de casa poniendo ambos pies fuera de esta y se dió la vuelta encontrándose con Jimin quien le miraba expectante con la pijama puesta y el cabello húmedo, estaba de más decir que acababa de ducharse.

-No regreses tarde ¿si?- dijo con cierta preocupación que Yoongi no pasó desapercibida.

-Ajá...-soltó inseguro, ¿qué le sucedía a Jimin? ¿desde cuando era así que ni cuenta se dió?

El menor sólo le regaló una última sonrisa y Yoongi asintió completamente extrañado por la actitud que Jimin había tomado hace instantes. El chiquillo cerró la puerta y Yoongi giró sobre sus talones comenzando a caminar a la casa de los Jeon mientras se colocaba la chamarra que había escogido antes de salir. No quedaba tan lejos el hogar de la familia Jeon que al cabo de unos minutos llegó a la gran y moderna casa.

Subió unos pequeños escalones antes de llegar y tocar el timbre, retrocedió unos pasos esperando que la puerta fuera abierta y al hacerlo Jungkook era quien le recibía, ambos se sonrieron tan solo mirarse, uno sonrió más ampliamente que el otro.

-¡Hola, hyung!- saludó mostrando aquello grandes y adorables dientes de conejito y Yoongi sonrió con los labios pegado enternecido.

-Hola, Kook-ah.- sonrió de lado.

-Ven, pasa. La cena ya está lista.

Dicho y hecho Yoongi a los segundos ya se encontraba yendo a la cocina con el menor de la familia detrás de él. Conocía esa gran casa como la palma de su mano que si le pusieran un pañuelo en los ojos podría caminar tan normal y decirte donde están cada una de las habitaciones.

Cuando llegaron al gran y lujoso comedor ahí encontrándose con la señora y señor Jeon, el hombre vestía su típico traje color azul noche, el mismo que recordaba a la perfección desde la última vez que vino con la familia, mientras tanto la mujer vestía un elegante vestido con escote color negro dejando ver sus pocas pero bonitas curvas.

-Buenas noches, señor y señora Jeon.- se inclinó en reverencia haciendo que ambos mayores sonrieran.

-¡Yoongi! Qué gusto verte después de tanto tiempo.- la señora Jeon fue a abrazarle y el nombrado correspondió con una pequeña sonrisa para al separarse el señor Jeon saludarle de mano.

-El gusto es mío.- dijo educadamente sacándole una diminuta sonrisa al señor Jeon que hizo que Yoongi se extrañara por completo.

¿Hace cuánto que no veía al señor Jeon sonreír? ¿Hace diez años? Dios ese hombre era tan serio y frío que apenas podías saber que humor tenía al momento, no era nada parecido a la señora Jeon, ella siempre sonreía y era amable con todo mundo, a veces los señores le recordaban a sus padres; aunque tenían las personalidades invertidas: su madre era muy seria y directa, mientras su padre era amable y carismático. Pero qué podía hacer, los polos opuestos se atraen ¿no?

La señora Jeon después de minutos de entretenerse sirviendo la cena a cada uno de los hombres que estaban sentados en aquel comedor pudo cenar tranquila junto a los presentes, hubo un silencio bastante normal, neutro, el cual no tenía la capacidad de inquietar a nadie pero tampoco dejar tan tranquilo a los que involucraban a aquel silencio. Así que para evitar que el ambiente estuviera tan tenso, la señora Jeon rompió aquella extraña tranquilidad hablando una vez limpió la inexistente sobra de comida de sus labios.