32; gustos.

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La vida de un muchacho de su edad era demasiado tranquila, llevaba la vida como un estudiante promedio. Dedicando sólo su mente a los estudios y preparándose para entrar a la universidad de sus sueños, a diferencia de todos, él sólo se la vivía de mantenerse tranquilo y sereno a lo que sucedía a sus alrededores y cuando veía la oportunidad, ayudaba a quien se lo pidiese. Un joven de dieciocho años amable, dedicado, y capaz, teniendo metas en la vida como estudiar la carrera de su gusto y con una que otra cualidad que lo hacía resaltar cuando él quisiera. Así es Min Yoongi.

Un chico que por más años que tenía no era un digno ejemplo de tener más experiencia, pues si bien a veces podía dar consejos filosóficos como si fuera sobreviviente de la segunda guerra mundial, a veces simplemente deseaba divagar entre su torpeza y su distracción que lo llevaba a meterse en problemas más de lo que deseara. Desde hacer el ridículo hasta ganarse el reconocimiento de tener un mal genio para las cosas, no era su culpa ser tan impaciente, la gente veía las cosas como blanco y negro olvidando la escala de grises. Sin embargo, a él también se le olvidaba la diversificación de los grises cuando estaba aburrido.

Y ese momento era uno de ellos.

Acostado en la cama, deslizando su pulgar en la pantalla mientras veía videos cortos que le consumían su tiempo, nunca imaginó que después de tanta locura en aquel mes de Abril el penúltimo día del mes lo pasaría de aquella manera, esperando que se hiciera tarde para poder dormir y al día siguiente volver a casa. Puesto que no había nada más que hacer, tan temprano como despertó, se duchó, empacó todas sus cosas y charló lo suficiente con Jimin como para rápidamente olvidarse y ahora estar perdiendo el tiempo con su celular.

Tanta abruma lo ponía inquieto, si bien era un persona tranquila y serena que apenas y hacía el mínimo movimiento, también algo interno en él explotaba y no podía quedarse quieto. Movía sus pies con vehemencia de arriba hacia abajo como si aquellas patadas contra la orilla de la cama pudieran hacer que su cerebro pensara en algo creativo por hacer.

Hasta que alguien tocó la puerta, y Yoongi sumido en su aburrimiento, sin despegar la mirada del teléfono quedó atento a cualquier palabra o ruido, y al solo conseguir silencio se giró hacia la puerta, encontrándose con Jimin quien sonriente, se echó a su lado en la cama. Yoongi suspiró y volvió a su teléfono, ganándose la incertidumbre del menor.

— ¿Y esa cara?— recibió silencio en respuesta por parte de Yoongi, pues del teléfono salían reconocidas canciones populares del mes o algunos audios de gente hablando tonterías que algunas de ellas daban risa—. Yoongi~.

Canturreó ladeando la cabeza, dejándose caer en la cama extendiendo sus brazos frente a él y restregando su mejilla en la cama, Yoongi le miró de reojo con un semblante decaído, y Jimin rechistó frunciendo el ceño.

— ¿Qué te pasa? Te ves inconforme— habló, pero nuevamente Yoongi se quedó callado, deslizando su pulgar cambiando de video.

— Estoy muy aburrido— musitó, cambiando el video en su celular tan rápido como empezó.

— Bueno, hay algunas cosas en la casa que faltan por limpiar.

Yoongi frunció el ceño y lo miró con desagrado.

— Sonaste como mi padre.

— Es algo que mi madre suele decirme cuando estoy aburrido— contestó encogiéndose de hombros con una mueca hacia abajo y alzando sus cejas por un momento.

— Pero no eres la señora Yangmin.

— Yo puedo ser lo que quiera ser.

— No, por favor.

I want you - JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora