18; saber.

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Capítulo inspirado en la canción:
Cada que  –  Belanova


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Atónito, confundido y desconcertado. Así se sentía Yoongi.

Podría esperarlo de otra persona, un conocido, un extraño, hasta de un familiar. Pero nunca de su mejor amiga, aquella que siempre vio como la chica más linda del mundo, la que consideraba una diosa inalcanzable capaz de dominar el mundo si quería, esa misma que ahora quería cambiar todo de ella. Hasta lo más mínimo.

En el camino a casa comenzó a relacionar las indirectas con tal noticia contada hace no más de veinte minutos, y aunque ciertamente se sentía bobo al no captarlas a la primera, seguía sin creer que todo lo que conocía de Jisoo cambiaría totalmente.

Y no haría tanto drama por ello, es decir, siempre estaría para Jisoo hasta en sus peores momentos, aún cuando ella se niegue a que la vea llorar o desanimada. Jisoo era un ángel más que había parido la tierra, y si ella quería ser un hombre, la apoyaría, es más, hasta daría lo que sea necesario con tal de ver a su mejor amiga ser feliz. Aunque se necesitara toda una vida para ello, con tal de verla desbordar una alegría pura podría sentirse realizado en esta vida.

Con una sonrisa en la boca tras sus pensamientos, llegó a la casa, notando que ésta estaba más silenciosa que otros días, extrañándole aquello.

– ¡Yoongi! Bienvenido.– saludó la mayor mientras bajaba de las escaleras, siempre con esa vestimenta elegante y sus tacones altos.

– Buenas noches, noona.– saludó de vuelta mientras le sonreía justo como ella lo hizo cuando cruzaron miradas.

– En un momento estará la cena para que bajen.

– Está bien, gracias.

Animado, subió las escaleras, buscando a Holly con la mirada, algo indignado porque era la primera vez en mucho tiempo que el canino le saludaba después de haber llegado de la escuela.

Caminó por el pasillo, resoplando medio molesto entrando a su habitación, encontrando al animal durmiendo en su cama, enseguida quitándosele el enfado y sonriendo divertido más que conmovido. Dio ligeras caricias al pelaje de Holly y simuló un beso para este.

Se levantó del suelo y fue a cambiarse a aquella ropa normal, no sin antes dejar la puerta cerrada, aún cuando nadie se iba a asomar, estaba acostumbrado a ello y se sentía más cómodo.

Por otro lado, Jimin salía apenas de su habitación, suspirando pesado mientras miraba detenidamente la puerta del chico lindo. Pensando que tal vez este aún no llegaba, y con aquella suposición camino a la puerta abriendo esta de golpe.

Como si sintiera caer por su espalda un balde de agua fría, miró a Yoongi de espaldas, teniendo frente a él al mismo chico que pensó que no estaría. Y no era por ser un mirón, ni mucho menos un pervertido, pero su mirada pasó lentamente por aquellas blanquecinas piernas, perdiéndose en la tersa piel de este. Mismo cuerpo que sólo esta cubierto por una camiseta holgada que cubría menos de la mitad de aquellos muslos atractivos.

– ¿Qué pasa...?– preguntó confundido Yoongi una vez pasó un largo rato donde Jimin no dijo nada, y para que este dejara de ver sus piernas se cubrió con el short de algodón que estaba por ponerse antes de pasar por estos momentos incómodos.

Jimin no respondió, es más, ni siquiera sabía qué hacer ni como disfrazar su entrada a su habitación, ¿qué podría decir en estas situaciones? "Oh, lo siento Yoongi. Sólo quería entrar a tu habitación porque me encanta tu aroma a lavanda, y para evitar acercarme a ti prefiero entrar a tu habitación que tiene ti mismo aroma." ¡No! Ni loco podría decir eso, Yoongi lo vería como un lunático. Aunque... justamente estaba perdiendo la cabeza por el mayor, así que sería razonable que Yoongi lo viera como tal.

I want you - JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora