favorite. (diluc x lumine)

ella

Pasaron seis días después de eso, y dos días eran fin de semana, así que ya era la semana que venía.

Diluc se había extrañado, ¿por qué Lumine faltó tantos días?

Se separó del camino con Kaeya como siempre, aunque vio la figura de Lumine desde la distancia.

Kaeya también vio a Lumine, y fue el más rápido en acercarse.

—¡Hola guapa! Hace días que no nos vemos, ¿has ido a clases?

Ella lo miró, y sonrió cansada.

—No, me encontraba mal, ¿me echaste de menos?

—Bueno... más o menos digamos que sí.

Susurró él apartando la mirada, y Lumine echó una risilla para coger su mejilla y estirarla.

—Pues ya estoy aquí de nuevo, así que alegra esa cara.

Diluc se relamió los labios mirando fijamente a esos dos chicos, y sonrió de lado con cierta amargura.

¿Por qué sentía molestia? Total, fue él el que invitó a Kaeya a acercarse a Lumine para que así ella se separara de él y lo dejara en paz.

Llevaba casi una semana sin ver a Lumine y sin saber de ella, ¿por qué se ponía así?

—¿Por qué faltaste tanto?

—Simplemente... ya sabes, cosas de chicas, ese maldito dolor...

Kaeya afirmó con la cabeza, y Lumine fijó su mirada al frente seria.

Se sentía completamente cansada aunque ya no tuviera el celo.

Cuando llegó a la puerta miró al de tez morena, y volvió a sonreir.

—Yo me quedo fuera, fumaré un cigarro antes de entrar.

—Uhm, no deberías fumar...

—¿Tú fumas?

—Sí, pero ¡las chicas no deberían de fumar!

Lumine alzó una ceja divertida, y se puso el cigarro en la boca para encenderlo.

—Es cierto, y también deberíamos de ir a la cocina y limpiar toda la casa mientras los hombres se rascan las pelotas en el sofá ¿cierto?

Kaeya al notar el tono sarcástico de Lumine, tragó duro de su saliva y rió nervioso para girarse y darle la espalda.

—Era broma, era broma... ¡nos vemos después!

Lumine al ver como Kaeya se iba corriendo, soltó una risilla para clavar sus ojos al suelo.

—¿Faltaste tantos días porque te molestó que te abrazara?

Ella levantó su vista al instante al escuchar ese tono tan reprochante, y expulsó el humo de su boca para negar con la cabeza.

—No.

—Mentira.

—Diluc, no me encontraba bien, por eso estuve tan sensible ese día.

—¿Y por eso faltas tantos días?

—¿Y por qué mierda me pides explicaciones?

Ella miró con enfado a Diluc, aunque al ver como sus ojos también transmitían enfado, suspiró.

—¿Acaso sabes la nota que sacamos en el jodido trabajo?

¿Por qué Diluc hablaba con tanto reproche en su voz?

—No, ¿cuánto?

—Un nueve coma seis, eso es lo que hemos sacado.

Lumine pestañeó totalmente impresionada.