favorite. (diluc x lumine)

morir esta noche

Hubieron cinco rondas más.

Ella y Kaeya se besaron más veces. Se notaba que aquel chico sabía del interés de Kaeya hacia ella, e hizo lo posible para que Kaeya consiguiera lo que quisiera.

Diluc en ningún momento hizo nada. Se negaba a participar bebiendo.

¿Tanto le dolió que ellos se besaran? Que se jodiera.

Él había decidido que esa perra quisiera besarle, así que ella se besaba con Kaeya que era más guapo.

Mentira, Kaeya no era más guapo que Diluc.

Diluc estaba muy follable esa noche.

Pusieron de nuevo la música electrónica en toda la casa, y Lumine se quedó junto a Venti mientras los dos bailaban al ritmo de la música.

Cada vez el espacio se hacía más pequeño, era más complicado respirar.

Ella ardía gracias al alcohol. Su cuerpo ardía en busca de que alguien lograra saciar toda su necesidad.

Estaba necesitada.

Estaba jodidamente cachonda.

¿Dónde estaba Kaeya?

No lo veía.

No le gustaba, pero lo necesitaba.

Ella soltó un quejido al notar como la empujaban, y cuando alguien le agarró del brazo, se giró dispuesta a reprochar, pero al encontrarse esos ojos carmesí, notó sus piernas flaquear.

De cerca...

—Suéltame.

—Tú y yo tenemos algo pendiente, Lumine.

Aún con la música alta, su voz sonó en lo más profundo de su ser.

Ella solo frunció el ceño, y dio un fuerte sorbo a su vaso para acabárselo, y le entregó el vaso a un desconocido que pasaba por ahí.

—Bésate con esa chica que tanto le gustabas.

Su cuerpo reaccionaba con el toque de Diluc.

Necesitaba más.

La mano de Diluc agarraba su brazo, pero, ella necesitaba mucho más.

—No me reproches eso cuando tú te has besado con Kaeya.

—¿Lo conoces?

—Larga historia.

Otro empujón.

Lumine fue estampada contra el pecho de Diluc, y ella intentó separarse, pero el perfume caro de Diluc la invitó a estar pegada a él.

Quería divertirse.

Ella se relamió los labios con lujuria, y empezó a acariciar el pecho de él con sus manos mientras lo miraba con ojitos "inocentes".

—¿Qué es lo que tenemos pendiente?

Diluc veía que Lumine ya no estaba en su sano juicio, ¿ella hacía eso porque de verdad quería?

Él tampoco iba muy bien, pero sabía que estaba mejor que Lumine.

Él soltó su brazo, y ella se dio la vuelta, pegando su culo completamente a su entrepierna, y ella empezó a menear su cadera con gracia.

Diluc se quedó impresionado, pero aún así sus manos tomaron el control de la situación, y las posó en su cintura.

La cintura de Lumine era más delgada que su cadera, dejando un hueco perfecto para sus manos.

Parecía que su cuerpo había sido tallado perfecto para él.