favorite. (diluc x lumine)

extraño

Lumine se giró con completo horror, y al ver al desconocido delante suyo, retrocedió sacando sus llaves de inmediato.

Si él se acercaba, ¡le apuñalaría!

—¡Hey, jovencita! No tan rápido, ¿no te enseñaron algo de educación?

El hombre agarró el móvil, y sonrió al ver el nombre de la persona con la cual hablaba.

Diluc frunció el ceño poniéndose de pie al escuchar el fuerte golpe y el escuchar la voz de un hombre, y no pudo evitar el cerrar su puño.

—¿¡Lumine!? ¡Dime que ocurre!

—¿Hola?

Diluc se quedó petrificado al escuchar la voz masculina.

No entendía el porqué no podía moverse.

—¿Quién eres?

—No pensaba que yendo a por la joven te encontraría, Ragnvindr.

—¿Ella está bien?

Maldita sea, solo deseaba que Lumine estuviera bien.

—Sí, está bien. Pero, ¿de verdad te importa eso? Que bonito debe de ser tener a alguien cercano con la cara intacta.

—¿Qué quieres de mí?

—Encantado, soy Schubert Lawrence. Y me gustaría hablar de mi sobrina, Eula Lawrence.

Diluc fue corriendo a una estantería que tenía en el salón, y sacó el escondido diario de su padre para empezar a leer.

Y ahí estaba el dichoso nombre.

—¿De verdad tengo que hablar con el asesino de mi familia? Vaya, no sabía que los Lawrence teníais gustos tan ortodoxos.

—Y yo tampoco sabía que aún el último Ragnvindr seguía vivo. Te recomiendo que ya vayas a embarazar a una mujer para así seguir el linaje porque no vas a vivir mucho tiempo más.

Lumine abrió los ojos impresionada, y corrió hacia él para intentar arrebatarle el móvil, pero era un esfuerzo en vano.

—Atrévete a ponerme una mano encima, vejestorio. Tuve misericordia con tu sobrina, pero contigo no.

—No hace falta ponerte una mano encima pero... ¿qué tal si le pongo la mano encima a la chica?

El hombre sonrió acariciando el cabello de Lumine, haciendo que ella pusiera una mueca de asco.

—He venido de visitar a Eula y me ha contado muchas cosas interesantes. Da igual cuantos años pasen; la mayor debilidad de los Ragnvindr será su ser amado... tu padre murió por proteger a tu madre, ¿sabes? Pobre hombre, él de verdad estaba enamorado de ella... y su esfuerzo fue en vano.

—Ni se te ocurra tocarle un pelo Schubert. Ella no tiene nada que ver con nosotros.

Él gruñó guardando el libro y poniéndose de pie.

—Ella ni siquiera logra ser un obstáculo, y ella fue quien salvó a tu sobrina. Si no hubiera aparecido, podría haber aniquilado a esa zorra.

—Oh, ¿en serio esta chica es tan buena? Sinceramente, puede ser una buena concubina para alguno de mis sobrinos, ¿sabes? Se ve muy bonita para dejarla con el último Ragnvindr... ¿o es que acaso quieres tenerla como tu concubina?

—¡Déjala en paz!

Lumine abrió los ojos al escuchar el inmenso grito de Diluc por el teléfono, y sin más el hombre bostezó.

—Encantado Diluc, nos veremos en otro momento. Yo aprovecharía los últimos momentos que tienes con ella para despedirte.

Lumine frunció el ceño cuando el hombre le entregó el móvil.