57. Vértigo

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Sé que me he pasado lo del maratón más bien por el pussy pero lo siento mucho, es que no me sentía inspirada para escribir y para escribir una mierda mejor no la escribo, porque son los últimos capítulos, e aquí los más importantes y obviamente no quiero que sean un churro. Lo siento muchísimo por el retraso pero es que en serio, no habían ideas en mi cabeza. Espero que os guste este capítulo y ya esta semana termino la fic. Ah si y el 1 de junio empezaré la segunda temporada la cual todas leeréis porque os obligo yo muajajajaja, vale ya os dejo leer, espero que os guste y un beso.

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Ya llegaba la hora de la operación.
Cada vez el pánico se apoderaba de mayores partes de mi cuerpo.

Ella estaba nerviosa, lo notaba en sus ojos.

Le susurré la primera chorrada que me pasó por la cabeza al oído para tranquilizarla.

Sonrió

Sonreí también y disfruté por enésima vez de la sensación de vértigo feliz que me invadía cada vez que le hacía sonreír.

Apreté su mano con fuerza y le sonreí con mi mejor sonrisa.

En esos momentos lo único que quería es que no tuviese miedo. Confiaba en los médicos, sabía que lo iban a hacer bien, la iban a salvar, iba a ser del todo mía para siempre.

En unos minutos iban a llegar Tina, Brad, Beau y sus familiares más cercanos, menos su abuela que llegaría al medio día, Stella tal vez vendría y Lux, lo importante es que viniese gente que la quisiese casi tanto como yo para apoyarla, para que todo saliese bien.

Confiaba en el karma y en el destino, en las energías positivas y en todo aquello que influyese en que las cosas salieran bien o mal, por eso deseaba con todas mis fuerzas que todo saliese bien, y cuando deseas algo con mucha fuerza sucede.

Desde que supe que Trisha estaba enferma y que probablemente iba a morir, rezaba todos los días para que siguiese viviendo, con o sin mi, pero que siguiese haciéndolo, hasta el punto en el que me hice donante por ella, estaba dispuesto a darle mi corazón, o darle todo de mi, pero ella no me dejó.

Estaba convencido en que si ella moría una parte de mi moriría con ella.

La miré una vez más y su cara se veía pálida, apreté un poco más su mano y le sonreí.

- Eh - dije - todo va a salir bien, ya verás

- No sé Calum - frotó su cara - se me va a quedar una cicatriz muy fea - hizo un puchero

- Bueno, se puede arreglar - besé su frente

***

Vi cómo se llevaban su cama al quirófano y la seguí.

No sabía qué hacer.

Cada vez estaba más lejos de mi.

Tenía que decirle algo.

Cuando el enfermero se llevó su cama me quedé paralizado, ella me miró esperando a que le dijese algo.

Soy imbécil.

Corrí hasta su cama y el hombre que la llevaba me llamó la atención pero hice caso omiso a sus palabras y me centré en ella.

Era curioso lo guapa que podía llegar a estar con ese horrendo pijama.

La gente no sabía apreciar su belleza, pero yo sí, y veía más allá de ella.

Apreté su mano y sonrió.

Adoraba verla sonreír.

- Te quiero y te querré siempre - dije

- Como dos imanes que se atraen e inevitablemente tienden a acabar juntos - asentí y besé su frente

- Nos vemos en un par de horas

- Sí - las manos me empezaron a temblar

- Te amo - dije y me despedí de ella con un beso en sus labios

Me estremecí al pensar que tal vez sería el último.

Y así se fue.

Me quedé parado mirando cómo la metían en el ascensor.

Me di la vuelta y fui a su habitación a esperar con el resto de personas que estaban en ella, aunque en un rato bajaría a la sala de espera de los quirófanos.

Apreté mi mandíbula para evitar llorar.

Tenía muchísimo miedo de perderla. Esos médicos tenían a mi mundo en sus manos.

Si la mataban juro que los mataría y después me suicidaría y donaría cada parte de mi cuerpo a alguien que lo necesitase. Con los ojos cerrados y sin pensar.

Stella me abrazó y me dijo varias veces que todo iba a salir bien.

Ojalá saliese bien.

***

Llevaba tres horas en el puto quirófano, ¿tanto se tarda en quitar un corazón y poner otro?
Estaba tan nervioso que no me quedaban uñas para morder.

Había bajado a la sala de espera junto a la familia de Trisha.

Les miré a todos de reojo y me pregunté cómo podían estar tan tranquilos.

Me levanté de la silla y comencé a caminar de un lado al otro.

Stella intentaba tranquilizarme, pero ni la escuchaba y Brad todavía no había llegado, Trisha se pondría mal si al despertarse no le viese allí. La conocía demasiado.

Una o dos horas después un cirujano salió del quirófano en el que estaba Trisha.

Nos ignoró completamente y fruncí el ceño, vaya cara, me tiene cinco horas esperando y encima me ignora. Imbécil.

- Usted - dije y se dio la vuelta

Sonrió y me miró.

- ¿Qué sucede? - dijo en un tono tranquilo

- ¿Dónde está Trisha? - le miré a los ojos

- Tú debes de ser el famoso Calum - elevé una ceja y susurré para mi "y por qué coño sabe este hombre quién soy" - Trisha me ha hablado de ti - elevé una ceja - la última vez que la ingresaron - sonrió y asintió - eres un chico muy afortunado y muy cabezón - entreabrí un poco los labios y crucé los brazos

- ¿Me puede responder a mi pregunta? - soltó una carcajada

- Ha sido un éxito - dijo y sonreí - en breve la sacarán - se dio la vuelta y se fue sin más

Escuché un sonido que procedía de una puerta, viré mi cabeza hacia esta y vi cómo sacaban a Trisha del quirófano, estaba dormida.

Sin poder evitarlo comencé a sonreír, una felicidad mayor que toda la que había vivido en toda mi vida, crecía en mi.

Estaba viva.

Easily Hide. (5SOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora