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47. El Pelo De Una Gamba

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Año nuevo.

Posiblemente el 31 de de diciembre era el día que más odiaba de todo el año.

¿Por qué? Nunca había encontrado una razón, simplemente lo odiaba y me estresaba ver a la gente estresada, sobre todo a mi abuela que quería que todo estuviese perfecto para que la fiesta de año nuevo que hacía esa noche fuera cada año mejor que la fiesta del año anterior. Fiesta a la cual yo tenía que acudir. Más que una fiesta era una reunión de jubilados bailando bachata y bebiendo anís.

Divertidísimo.

- ¿En serio no podrás salir conmigo esta noche? - hizo un puchero y negué con la cabeza mientras caminábamos hacia la casa de Luke

- Lo siento

- Cenas con tu familia y sales conmigo - apretó mi mano y yo suspiré

- Calum, no creo que mi abuela...

- Yo hablaré con ella - me interrumpió

- Bueno - sonrió

Miré hacia el cielo.

Siempre me había preguntado que pasaba cuando moríamos, ¿nos quedamos dormidos para siempre?, ¿vamos a algún lugar?, ¿nacemos otra vez?, ¿o simplemente no pasaba nada?. Sabía que me iba a morir, de eso estaba segura, pero quería saber que pasaría cuando me muriese, si todo era un sueño del cual cuando morimos despertamos. Tal vez sea eso. Tal vez.

- Qué callada estás hoy - dijo y yo hice una mueca

- Estoy pensativa

- ¿Y en qué piensas?

- En todo

- Deja de pensar - dijo así sin más - pensar mucho a veces acaba dañándote

- Lo sé bebé - me encogí de hombros

- Te quiero, ¿lo sabes verdad? - asentí

- Y yo a ti

Llegamos a casa de Luke y Calum tocó la puerta que no estaba bien cerrada y se abrió. Entramos en la casa y Calum miró en la habitación de sus padres y en la habitación de Luke si había alguien y yo miré en la planta baja. Encontré un bote de nata, condones y algunos pétalos de rosa tirados por el suelo. Elevé una ceja. Había un papel doblado sobre el sillón y lo cogí.

"Hola Trisha o Calum.

Hemos planeado que folléis hoy que es el último día del año.

Tenéis la casa para vosotros solos hasta las 6:30.

Suerte y daos prisa.

PD: Trisha relaja la pelvis."

- Cal mira esto - dije riéndome
A los pocos segundos llegó a donde estaba y le entregué la carta.

Una sonrisa traviesa se le escapo por su cara y me miró.

- Ya que se lo han currado... - me reí al verle

- Decías que mi primera vez sería bonita bebé - me acerqué a él y puse mis manos alrededor de su cuello

- Y lo será si tu quieres hacerlo ahora - asentí - ¿en serio?

- Sí

Se mordió el labio y me miró a los ojos de esa manera intimidante. Sus oscuros ojos marrones. Se acercó poco a poco a mi y besó delicadamente mis labios, sin profundizarlo a penas.

Abrió un poco su boca para juguetear con mi lengua e hice lo mismo. Que bien sabían sus besos.

Se separó un poco de mi y me miró a los ojos.