46. Ya Lo Eres

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Por alguna extraña razón, acabamos subiendo a mi habitación porque hacía mucho frío y mi hermana dijo:

- Os dejo solos para que os - sonrió pícaramente - reconciliéis - cerró la puerta detrás de ella y a los pocos segundos la volvió a abrir - hay condones en mi mesa de noche - le enseñe mi dedo del medio y cerró la puerta riendo

Calum y yo nos miramos unos segundos y bajó la cabeza sonriendo algo intimidado. Parecía que nunca hubiésemos pasado situaciones así, y pensándolo dos veces, quizá nunca lo habíamos hecho.

Me recosté en la cama y me pasé las manos por los ojos un par de veces ya que sentía ese escozor peculiar de cuando tienes sueño y miré al techo intentando darme cuenta de todo lo que había pasado en menos de una hora, porque todo mi mundo había vuelto a girar de nuevo cuando sellamos nuestros labios.

- ¿Tienes sueño? - dijo recostándose a mi lado y quitándose los zapatos

- Ajá - no me había fijado en su atuendo hasta ese momento y me empecé a reír - me encanta tu camiseta de Spiderman

- ¿Qué pasa? Yo duermo sin camiseta y esta fue la primera que vi

- ¿Me vienes a cantar Your Song a mi casa para pedirme perdón con el pijama puesto? - elevé una ceja

- Pereza - me reí y me recosté en un costado para quedar mirándole cara a cara - iba a venir con mis pantuflas de conejitos pero dije, es demasiado glamour ya - me empecé a reír bajo para no despertar a mi abuela

- Yo tengo unas pantuflas de Winnie The Pooh - dije sin venir a cuento y bostecé - me las regalaron por navidad

- Entre las bragas de Tiana y el sapo, el sujetador de Hello Kitty y las pantunflas tienes la colección completa - le di un suave golpe en el hombro

- No me hagas bullying - hice un puchero y el negó con la cabeza sonriendo y se quedó mirando a mis cuatro peluches estrella, los cuales tenía en mi cama porque eran los más especiales

- ¿Por qué tienes tantos peluches en la cama? Nunca me había fijado

- No sé, me gustan, son especiales

- ¿Tienen nombre?

- Todos menos el elefante - me froté de nuevo los ojos

- Se llamará Calum - dijo decidido y con sus brazos me acercó un poco más a él

- Así será - asentí sonriendo a pocos centímetros de su cara

- Y deduzco que el oso con la sudadera es Ed Sheeran - asentí - qué listo soy

Asentí y registré cada centímetro de su cara como solía hacer.

Había echado de menos eso, estar así, juntos, sin problemas, solo juntos.

- ¿Por qué me miras tanto? - me reí

- ¿No te puedo mirar?

- Obviamente, pero te vas a quedar ciega porque mi cara irradia belleza y te vas a vislumbrar - solté una carcajada

- Bájate del poni - hizo un puchero

- ¿Estás diciendo que soy feo? - asentí - sabes que es mentira, lo que quieres es hundirme la moral para que cuando me haga una estrella internacional me sienta mal conmigo mismo y que ninguna chica se acerque a mi - elevó sus cejas varias veces

- Has descubierto mi plan - sonreí y posé mi mano en su mejilla delicadamente

- ¿Te he dicho ya que te he echado de menos? - sonreí y asentí

- Unas diez veces

- Así que no lo olvides

- No lo haré

Bostecé y acurruqué mi cabeza en su cuello.

La lista de las cosas que había echado de menos de Calum era interminable y cada vez que tocaba su piel me recordaba a algún momento vivido juntos.

- Creo que me voy a morir - dije rozando mis labios junto a su cuello - mi corazón no va a durar mucho más

Siempre había sido una chica muy intuitiva y desde que había salido del hospital supe que mi vida no duraría mucho más, porque las cosas buenas nunca vienen solas. Más que una enfermedad era una maldición que me había otorgado el mismísimo demonio para que no pasase veinte, cuarenta y quién sabe, hasta ochenta años con la persona que quería, pero la vida es así y el destino lo único que hace es reírse de nosotros y poner piedras en el camino para dificultarnos la supervivencia, en mi caso era un edificio entero.

- ¿Cómo sabes eso? - su tono de voz sonaba de una manera extraña, indescriptible

- Intuición

- No te miento cuando te digo que - me separé un poco de él para mirarle a los ojos - sin ti - clavó sus oscuros ojos marrones en los míos y me estremecí - creo que me acabaría suicidando - mi cara cambió de un tono cálido a pálido

- No - articulé - me dijiste que seguirías con tu vida

- Cuando te dije eso no sabía lo que era vivir sin ti - cogió uno de mis rizos y se lo enredó en uno de sus dedos

- Intentaré ser tu ángel de la guarda - sonreí - muy cursi para mi, ¿verdad?

- Ya lo eres Trish - sonrió

- Buenas noches bebé - me giré para apagar la luz

- Buenas noches amor - susurró - pero antes dame un beso

Me acurruqué en su pecho y dejé un beso suave en sus labios.

- Te quiero nena - bostezó

- Y yo Cal

***
- ¿Y bien? - dijo Stella sentándose junto a Lux en mi cama

- ¿Y bien qué? - elevé una ceja

- Ya nos has contado la parte bonita - dijo Lux - ahora queremos detalles

- ¿Detalles de qué? - fruncí el ceño

- Joder Trisha - dijo Stella exasperada - ¿hubo fiesta?

- ¿Pero qué fiesta?

- ¿QUE SI FOLLASTEIS? - dijo alterada y me reí

- Ah no - me pasé una mano por el pelo

- Os conocéis desde hace casi seis meses Trish... - dijo Lux - ¿no te sientes preparada?

- Claro que si pero...

- Ni pero ni leches - dijo Stella - lo que tienes que hacer es ponerte muy sensual un día para que se levante el soldadito de Cal según te vea - me reí

- Ay déjame

Easily Hide. (5SOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora