—¿No puedes dormir Dyunis? —me preguntó el hombre de cabello negro y ojos grises como los míos.
—No. —Mi voz tembló, y en mi garganta se atoró un sollozo que no llegó a salir.
—¿Qué soñaste?
—Un gran monstruo me perseguía y no podía escapar de él —admití de inmediato—. ¿Ese monstruo me va a encontrar aquí? ¿Me hará daño?
—No, no te perseguirá hasta aquí. Él jamás podrá hacerte daño porque yo siempre te protegeré. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado.
—Papá, ¿me lo prometes? —le pregunté mientras alargaba mi diminuto meñique para que hiciéramos una promesa.
—Te lo prometo hijo.
...
Abro los ojos y me siento torpemente en la cama. La espalda la siento mojada por el sudor. Me froto el rostro con desesperación. Miro a todos los lado y ligero mareo se apodera de mí. Solo fue un sueño, pero fue tan real.
Ayer pensé que me habían descubierto cuando salí de la oficina, pero solo era un chico que pasó corriendo a mi lado. Es pasada la medianoche. Me siento a la orilla de la cama, debido a la oscuridad de la noche, mi visión debe acostumbrarse a la penumbra.
El dormitorio donde me encuentro cuenta con cuatro camarotes y cada uno de mis compañeros está profundamente dormido. En medio de la habitación tenemos una mesa larga con cuatro sillas que utilizamos cuando queremos realizar aquí las tareas. Para aquellos que no vivimos en la capital no dan este tipo de dormitorio mientras cursamos clases.
Algunas noches están llenas de sueños placenteros, otras de pesadilla y algunas pocas de insomnio. Pero no soy ajeno a eso, porque su punto de inicio fue hace años. Después de perderlo para siempre... Muchas han sido las noches que he pasado en vela, leyendo algún libro para ver si conciliaba el sueño, pensando en retazos de recuerdos que se alejan como el polen de las flores. Rápido y sin mirar atrás.
Sin embargo, aquí no puedo hacerlo. No estoy en mi propia habitación y molestaría a mis compañeros. Además, no puedo permitirme estar agotado en este punto de mi vida. Las clases siguen avanzando, al igual que las investigaciones del proyecto y, eso es algo que no debo tomar a la ligera.
Me levanto por completo de la cama y me coloco unas zapatillas para salir de la habitación a tomar algo de aire. Otra norma en este lugar es que nadie debe estar fuera de los dormitorios pasada la medianoche, pero aquí estoy yo, rompiendo las reglas por culpa de un sueño...
Como la mayoría de las luces se mantienen apagadas en la noche, decidí traer conmigo una pequeña linterna que había cerca a la mesita que está ubicada al lado de la puerta. Y voy iluminando el suelo para no resbalar o chocar con algo.
Con algo de suerte, este paseo improvisado me podrá ayudar a calmar aquellos pensamientos que giran si parar en mi cabeza. Observo todo a mi alrededor y las sombras de los muebles que hay por los pasillos, ya sean pequeñas mesas, cuadros y algunos casillero, resultan un poco aterrador. Cuando era pequeño, desde los tres hasta los cinco, le tenía un terror inmenso a la oscuridad, prácticamente lloraba hasta que alguno de mis padres, o ambos, llegaran conmigo y me prometieran que estaría bien.
Cuando fui creciendo pensé en lo tonto de mi actitud. Pero descubrí que el miedo es una emoción natural en los seres humanos, que surge como respuesta a la supervivencia. Durante el día o en la presencia de un medio que nos permita ver, sentimos que podremos controlar la situación que se nos pueda presentar, nuestro cerebro buscará una respuesta para protegernos.
Sin embargo, en la ausencia de luz, el cerebro dispara un señal de algún peligro inminente, aunque no haya ninguno. Es una reacción que surge porque no sabemos si aparecerá algo que atente contra nosotros, todo eso empieza a crear una paranoia involuntaria y provoca que sintamos una urgencia de estar en una situación donde tengamos el control de nuestro entorno.

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Hyelu © [Libro 1]
Teen FictionUn lugar mágico, que nadie ha visto, se convierte en el único refugio que tiene Dyunis para escapar de lo difícil que es la vida luego de haber perdido a una de las personas que más ha amado. Las malas experiencias lo lleva a trazar un plan de vida...