Lo bueno es que la marcha es constante. Lo malo es que las plantas de los pies me palpitan y la calor es insoportable. Necesito descansar. El sudor recorre mi frente y mi camiseta esta empapada.
—Lara, debemos descansar un rato.
Ella tiene el rostro y está sudando igual o más que yo.
—No, yo estoy bien —trata de ocultar su cansancio en vano—. Sigamos.
Una vez más Lara me demuestra lo terca que puede llegar a ser. Sin que lo vea venir, la tomo del brazo, le quito su mochila y la guío hacia una gran roca donde le digo que se siente.
—Vamos a descansar. Hablo en serio.
La pelirroja pone los ojos en blanco, pero toma asiento.
—De acuerdo. —Utiliza sus manos para refrescar su rostro—. ¿Por qué hace calor si nos dijeron que ayer en la noche llovió?
—El problema está siendo el sol. —Me tiro al suelo frente a la chica y empiezo a darle unos pequeños golpecitos, con mis dedos, en sus rodillas
—¿Por qué ese lugar en específico? —Coloca con delicadeza su mano sobre la mía.
—Es una larga historia.
Cuando le conté el por qué quería encontrar ese lugar, le dije lo mismo que una vez le comenté a Elif. Me daba miedo que las personas al enterarse de mis verdaderos motivos, me dijera que me estoy obsesionando con un tema que debí superar hace años.
—No te lo había comentado antes, pero me encanta escuchar largas historias. —Me sonríe.
—Bueno, cuando estaba pequeño encontré un libro...
Siempre hay una razón para todo. El que yo haya encontrado ese libro y que papá me haya contado dicha historia no fue una casualidad. Yo no creo en las coincidencias.
Cuando lo perdí, a mi padre, fue extraño. A esa edad no me lograron dar una respuesta exacta. A los años crecí y volví a preguntar lo mismo, pero me dieron una respuesta extraña. Y ni siquiera fue mi madre quien pudo darme la información, tuve que buscarlo en otro lugar.
Por eso me lastima día a día. No puedo aceptar que él haya muerto. Y al no poder hacerlo, busqué mi refugio, Hyelu. Desde el día que conocí por primera vez su historia, aquel lugar me llamó y yo decidí responder aquel llamado.
Muchas veces soñamos con cambiar el mundo. Algunos tienen la oportunidad de hacerlo y otros... tienen la oportunidad de cambiar su propio mundo. Y desde entonces he decidido tomar esa oportunidad, cueste lo que cueste.
—Yunis, sé que...
El sonido de unas ramas quebrándose la detiene y los dos nos ponemos de pie como si de un resorte se tratara. Tomamos nuestras pertenencias y avanzamos a paso apresurado. Recordando que al estar en un bosque es muy posible que haya animales salvajes.
Un par de kilómetros después nos encontramos con unos grandes charcos de lodo que nos dan la bienvenida. El suelo también está lleno de hojas y muchas ramas quebradas. Al parecer la lluvia estuvo fuerte.
—¡Genial! Lo que nos faltaba. —Mi acompañante se cruza de brazos.
—No me digas que la gran Lara Bianco teme ensuciarse con un poco de lodo —no logro suprimir una gran sonrisa.
—Ya quisieras. —Enarca una ceja.
—¿Qué tal si yo voy delante? Así te abro camino para que no te embarres tanto con el lodo. Solo debes pisar en los mismos lugares que yo.
—Esa idea me encanta.
Me da un beso en la mejilla antes de permitirme continuar para que nuestro recorrido sea más rápido. La idea es que yo camine sobre los charcos de lodo pequeños, pero a medida que avanzamos se van haciendo más grandes. Cuando, al fin, estamos llegando a un área donde los charcos empiezan a escasearse, me detengo sobre uno y giro para ver a la chica.

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Hyelu © [Libro 1]
Teen FictionUn lugar mágico, que nadie ha visto, se convierte en el único refugio que tiene Dyunis para escapar de lo difícil que es la vida luego de haber perdido a una de las personas que más ha amado. Las malas experiencias lo lleva a trazar un plan de vida...